Un premio histórico

Hace ahora un mes que Javier Márquez asistió como único primer edil invitado español a  la Conferencia Internacional de alcaldes celebrada en Israel. Fue allí donde se fraguó un gran premio internacional que llevará el nombre del ilustre jienense Hasday Ibn Shaprut. Ahora, lo que nació como una propuesta a la comunidad judía, se ha convertido en un galardón de todas las confesiones religiosas (católica, islámica, evangelista y judía) occidentales, que premiará a una figura internacional o institución por valores como la contribución a la paz, tolerancia, integración, concordia, lealtad, cooperación, labor científica, cultural y humanitaria,  independientemente de su religión o nacionalidad. El premio nace con el consenso a nivel nacional e internacional de los dirigentes de cada confesión en un momento histórico convulso y Jaén será quien acogerá este prestigioso galardón. Huelgan ahora las críticas socarronas y malintencionadas que se vertieron hace un año sobre la iniciativa. El premio está en marcha y será una realidad el próximo año situando a Jaén en el mapa y atrayendo a personalidades  e instituciones que difícilmente hubieran pisado la capital en su vida. Riqueza y prestigio para Jaén, en definitiva. ¿Qué hubiera sido del Premio Jaén de Piano, uno de los más prestigiosos del mundo, si se hubiese hecho caso a sus incrédulos detractores? Pues eso.