El miércoles, cuando Jerónimo Roldán recibió el homenaje de la Asociación de la Prensa de Jerez, dijo sentirse un “prófugo de la sanidad”. Había recibido un permiso de apenas unas horas para abandonar el hospital, donde permanece ingresado desde el 25 de abril, para asistir al acto.
Revolucionó la radio local con espacios como ‘Simultáneo’. “Hoy día, me duele decirlo, sería imposible hacer un programa así”Ya es el día después y aguarda en su habitación la llegada del fisioterapeuta. El móvil no para. Ha sido portada del día y se van sucediendo las felicitaciones y los mensajes de apoyo de cuantos no pudieron acudir al acto. En unos días se dará de nuevo a la fuga, para asistir al homenaje previsto en la Gala del Deporte. Y en julio, el más grande de todos: el pleno en el que recibirá el título de Hijo Predilecto.
Para entonces espera no tener que pedir permiso: “Ahora mismo estoy ya en un proceso totalmente de recuperación”, subraya con satisfacción desde la cama. A ello ha contribuido el gran equipo de profesionales sanitarios que le atienden en el Hospital de Jerez. Y cita a las doctoras Elisa Barroso, que acaba de visitarle y comprobar el estado de su pierna izquierda, y, en especial, a Carmen Paz Julbes, por varios motivos: el primero, como excelente profesional; el segundo, que su padre, antes de gran médico, fue su compañero de pupitre; y el tercero, que es sobrina de su “alma gemela”, con la que comparte nombre y apellido, Carmen Paz.
Han sido demasiadas emociones de una vez. Lo de Hijo Predilecto le produce un “gran respeto”. Cuando José Manuel Caballero Bonald comenzó a recibir otros tantos reconocimientos de su ciudad, hace un par de décadas, alguien le preguntó cómo se sentía, y él respondió: “Me siento póstumo”. No es el caso de Jerónimo Roldán, que bien parece conservar el mismo apasionamiento de siempre, pero sí le pregunto cómo le gustaría ser recordado: “Como un gran entusiasta de la información”. Sin más, lo que remite al propio perfil que otro veterano e imprescindible periodista jerezano, Ángel Revaliente, hizo de él en el acto de la APJ, donde defendió su humildad, su rigurosidad y su sabiduría profesional.
En este sentido, decir que Jerónimo Roldán es memoria viva del periodismo jerezano de los últimos 60 años es quedarse corto; no sólo porque lo recuerda todo a la perfección, sino porque sus recuerdos entroncan con los de su propia vida, estrechamente ligados igualmente a los de la ciudad. Cuando Jerónimo recrea su infancia en la calle Medina -“era el niño más malo de la calle”, admite-, no sólo habla de su infancia, sino de la de los niños de su generación, de los nombres propios de la ciudad, de la vida de la ciudad, de sus colegios, sus iglesias, sus cofradías, sus bodegas, sus equipos de fútbol -seguía por igual al Xerez Deportivo y al Jerez Industrial-...
Y sin embargo, no llegó a la profesión por vocación; ni siquiera como consecuencia de su ávida lectura de periódicos desde que era un niño. Es más, pese a sus matrículas de honor en Literatura y Latín, se decantó por las ciencias, ya que todo apuntaba a que haría la carrera de aparejador. En todo caso, se emparentó con el periodismo a través del fútbol.
“Un día, cuando ya tenía 17 años, iba por la calle con Rafael García del Santo cuando nos encontramos con Alejandro Daroca y su hijo, que era de nuestra edad, y le dijo a su padre: <<Éste es el que forma todos los follones en el colegio y el que sabe tantas alineaciones>>. Y el padre me dijo: <<¿Tú quieres escribir?>>. Dije que sí y me pusieron a escribir en la Hoja del Lunes y La Voz del Sur”, donde conoció asimismo a quien considera su referente fundamental: Francisco Montero Galvache.
Fue un 11 de septiembre de 1964 cuando escribió su primera crónica deportiva. “Desde entonces no me faltó el trabajo ni un solo día”; y conociendo todos los soportes: prensa, radio, televisión y digital. Porque tras sus inicios en el periódico, que compaginó desde 1968 como corresponsal de ABC durante 21 años, “Antonio Pérez Sauci y Carlos Vergara se empeñaron en que fuera a la radio”. Así comenzó su andadura en Radio Jerez, en los estudios de la Plaza de las Angustias, muy cerca de su casa.
Su etapa radiofónica fue la más prolongada de todas, ya que estuvo ante los micrófonos durante 33 años -su experiencia se completaría los 14 años siguientes, hasta su jubilación, en Onda Jerez-. Fue en la radio donde se ganó el respeto y la admiración de la audiencia, ya fuera en el ámbito deportivo como en el taurino. En el primero fue un auténtico innovador, como demuestra su emblemático espacio Simultáneo -hoy día, admite, ese programa sería “imposible. Me duele decirlo. La radio local tiene muy pocos minutos de programación propia”-. Y en el segundo, en el mundo de los toros, se convirtió en uno de los profesionales más respetados.
“A mí me gustaban los toros desde niño. Al lado de casa vivía el comisario de Policía, Miguel Pérez, y como no tenía hijos me llevaba con él a la presidencia a ver las corridas”, relata. La otra influencia fue la de su tío Antonio Roldán, fundador del Volapié, “que era muy aficionado”. Pero su auténtico saber taurino se fue forjando del lado de los profesionales de ese mundo: picadores, banderilleros, ganaderos, toreros... “Se aprende muchísimo”. Pero una cosa es saber y otra ganarse la consideración de ese mundo. ¿Cómo lo hizo? “A partir del enorme respeto por la fiesta”.
En los toros vivió faenas “históricas” -las de Paula, al que siguió desde sus inicios- y momentos memorables: los toros que le brindaron Paquirri y Juan José Padilla, la noche que José Tomás apareció para participar en su tertulia... Pero para momentos históricos, los del fútbol: los ascensos del Xerez CD a Primera, del Jerez Industrial a Segunda, o aquel partido de Copa en San Mamés en el que el Xerez Deportivo eliminó al Athletic.
Pese a todas esas vivencias, asegura no sentir nostalgia del pasado, aunque sí se asoma a décadas atrás para reivindicar que Jerez recupere el brillo de antaño. Por brillo se refiere al protagonismo de la industria bodeguera, al del vino, también a la transformación experimentada por la ciudad durante los 24 años de Pedro Pacheco como alcalde, a darle más “utilidad” a la ciudad. “Ahora el aparato municipal está muy dedicado a dar continuos acontecimientos, pero el desarrollo socioeconómico sigue siendo preocupante”.
En lo que sí destaca Jerez, culmina, es en la “calidad de los profesionales del periodismo”, para los que pide más espacio y a los que aconseja “que cuando desarrollen su labor demuestren siempre su fuerza, pero sin hablar desde el protagonismo, sino ayudando en todo lo que se pueda a la sociedad”. Él los lee, escucha y ve a diario. Mantiene vivo el entusiasmo por hacerlo.