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El pintor Andrés Vázquez de Sola dona un cuadro al Centro Andaluz de Documentación del Flamenco

La obra, un lienzo de gran formato está protagonizado por Manuel Torre, cantaor jerezano nacido en 1878 y fallecido en 1933

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El escritor, pintor y dibujante Andrés Vázquez de Sola ha hecho entrega hoy a la directora del Instituto Andaluz del Flamenco, María de los Ángeles Carrasco, del cuadro que ha donado a los fondos del Centro Andaluz de Documentación del Flamenco. La obra, un lienzo de gran formato (100 por 70 centímetros aproximadamente) está protagonizado por Manuel Torre, cantaor jerezano nacido en 1878 y fallecido en 1933, y en él figura la leyenda “Para el Centro Andaluz de Flamenco mi Manuel Torre, como homenaje a todo el pueblo gitano”.

En su intervención, María de los Ángeles Carrasco ha afirmado que la donación es una muestra del “talento, la maestría y la generosidad” de Vázquez de Sola, “una leyenda viva, un joven octogenario que ha dibujado a compás toda su vida”, según ha destacado la directora del IAF, “que llega para donarnos no solo lo que más apreciamos, que es su amistad, sino también un cuadro que quedará depositado para siempre en los fondos del Centro Andaluz de Documentación del Flamenco como una muestra inequívoca de su maestría, de su talento y de su generosidad”.
Tras recordar los primeros pasos vitales y profesionales de Vázquez de Sola, que cursó estudios en el Ilustre Colegio Seminario de Teólogos y Juristas del Sacromonte de Granada pero que “prefirió licenciarse en pinceles hasta ser uno de los principales catedráticos europeos del arte de la caricatura”.
La trayectoria de Vázquez de Sola sigue en el diario granadino ‘Patria’ y, ya en Madrid, en la revista ‘Don José’, en el diario ‘Informaciones’ o en la primitiva Televisión Española. Frecuentó la amistad de Pablo Picasso, de Gabriel García Márquez, de Paco Ibáñez o de muchos otros intelectuales de su tiempo. Y empezó a ser reconocido a escala internacional con premios como el del Festival de Bordighera, en Italia, cuya Palma de Oro recibió en 1972, o el Nasredín Hocca, en Turquía, dos años después.
María de los Ángeles Carrasco ha explicado que también en París afianzó sus lazos con el flamenco, que ya había conocido de cerca en su Andalucía natal y en el Madrid de posguerra. “En la capital francesa, por ejemplo, acogerá a Enrique Morente o asistirá al recital que ofrece Pepe el de la Matrona en el aula magna de La Sorbona”. Andrés suele contar, ha recordado la directora del IAF,  “que nada más llegar el cantaor pidió vino y alguien le dijo que nunca había entrado una gota de alcohol en tan prestigiosa universidad. Tampoco, replicó el de la Matrona, había entrado antes el flamenco”.
Así, en el cuadro que Vázquez de Sola ha donado al CADF, Manuel Torre “vuelve a comparecer ante nosotros con la antigua majestad que inspira su célebre retrato en blanco y negro. Se trata de un alto faraón de lo jondo, que supo descubrirle a Federico García Lorca el concepto mágico de los sonidos negros”. Aunque lo ha dibujado en otras ocasiones en esta le añade un matiz, “su dedicatoria, por una parte, a este Centro, lo que constituye todo un privilegio. Y su homenaje expreso al pueglo gitano, del que Manuel Torre formaba parte”. “Creo que nunca valoraremos lo suficiente la aportación decisiva del pueblo gitano al flamenco, hasta convertir a ese arte en una seña de identidad de la que también participó el pueblo andaluz más humilde y a menudo igualmente perseguido”.

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