El temporal de viento de Levante que esta semana ha castigado a Jerez duramente en las jornadas del miércoles y el jueves, con alerta naranja por rachas de viento de más de 80 kilómetros, ha dejado en el camino importantes daños materiales en infraestructuras educativas y deportivas. Aún resta cuantificar los “serios” desperfectos causados, pero los operarios municipales y de concesionarias son unánimes a la hora de valorar: nunca hasta ahora Jerez había sufrido con esa dureza los efectos del vendaval. La nota positiva es que no se han producido daños personales de consideración, salvando las dos personas que resultaron heridas leves por la caída de un árbol en un coche y parte de una cristalera en una gasolinera a lo largo de 48 horas que pusieron a prueba un operativo municipal que ha funcionado, con más de 100 incidencias registradas, y gracias al trabajo incansable de Bomberos y las fuerzas de seguridad.
Y es que aunque Jerez, por su ubicación estratégica, no es ajena a las jornadas desapacibles del Levante, a las que la ciudad está bastante acostumbrada, pocos días como los del ecuador de esta semana habían trastornado tanto la rutina de la ciudad y habían generado situaciones de inseguridad como las vividas por la caída de árboles, a excepción de las inundaciones de hace varios años.
Más de 100 incidencias ha registrado el municipio, según el último balance del Ayuntamiento, estando a la cabeza de la provincia hasta el jueves al mediodía. De momento, el Gobierno local no ha confirmado si solicitará alguna subvención estatal para los arreglos pendientes, pero lo que sí ha dejado claro es que su prioridad será la reparación de los daños causados en los colegios, con más de una decena afectados por la caída de vallas exteriores, cornisas y otros daños.
De todos ellos, el que peor salió parado fue el del CEIP La Unión, que tuvo que suspender las clases jueves y viernes tras desprenderse una claraboya cuando en el centro ya había algunos alumnos del aula matinal, sin que hubieran que lamentarse daños. Mañana lunes se reanudan las clases después de que un informe técnico descarte riesgos de desprendimiento. En la AMPA de La Unión aseguran estar “tranquilos” y resaltan la diligencia con la que se actuó la mañana del jueves, pero también recuerdan que llevaban un par de años reclamando el arreglo de la zona afectada. “El viento se ha adelantado”, señalan.