Jerez parece estar consolidándose cada vez como destino turístico de playa aprovechando su amplia oferta hotelera y la próximidad geográfica con el litoral gaditano. Según los datos recogidos por la patronal Horeca, los hoteles de la ciudad alcanzaron una ocupación media del 82,18 por ciento este pasado mes de julio, frente al 73,33 por ciento registrado el año anterior. Este incremento -de casi nueve puntos- contrasta con el observado en el conjunto de la provincia, que fue casi imperceptible, ya que se ha pasado del 87,02 al 87,91 por ciento.
Sin embargo, resulta más llamativo el hecho de que el fuerte incremento de la ocupación registrada en Jerez contraste con los descensos observados en municipios costeros del entorno más próximo. Así, en El Puerto de Santa María se ha pasado del 80,44 al 78,39 por ciento de ocupación; mientras que en Sanlúcar de Barrameda el descenso ha sido incluso más acusado, ya que mientras en julio de 2017 se llegó al 82,97 por ciento, este año apenas se ha rebasado el 70 por ciento de ocupación media.
Chipiona también ha caído, del 89,71 al 84,67 por ciento; mientras que en Cádiz o Rota las subidas son meramente testimoniales. En el primer caso se ha pasado del 87,36 al 87,51 por ciento; y en el segundo, del 92,21 al 92,84.
A la hora de establecer estas comparativas hay que subrayar no debe dejarse de lado que los hoteles de Jerez ofertan un total de 1.785 habitaciones; una cifra muy superior a las de El Puerto (1.362) o Cádiz (1.289), por citar un par de ejemplos.
Hay que recordar a este respecto que el Clúster Turístico Destino Jerez ya lanzó meses atrás una campaña a través de las redes sociales en las que animaba al turista a aprovechar la proximidad geográfica de la ciudad con la costa y su amplia oferta hotelera.
El Clúster entiende que estos datos “consolidan a Jerez como destino de segunda línea de playa para muchos turistas que valoran su posición geográfica por su cercanía a un buen número de playas con un precio contenido en el alojamiento”. Sin embargo, considera necesario un mayor esfuerzo en la promoción de los recursos turísticos de la ciudad a los visitantes que se alojan en ella con idea de rentabilizar esas pernoctaciones y no ser percibidos solo como ciudad dormitorio para el disfrute de las playas.
