El Málaga se ha impuesto al Levante (3-1) en el partido correspondiente a la cuarta jornada de la Liga BBVA, disputado este sábado en La Rosaleda, por lo que los malagueños siguen sin conocer la derrota esta temporada, mientras que los valencianos suman sus visitas a domicilio por derrotas.
Los andaluces dominaron el partido, pero les costó mucho acabar los 90 minutos con puntos. Los de Pellegrini fueron muy superiores a los levantinistas, sobre todo en la primera mitad, pero no les fue nada fácil llegar a la portería de Munúa con éxito.
La afición malagueña, que acudió en masa al encuentro pese al mal horario, pedía penalti a las primeras de cambio, tras un derribo de Ballesteros a Saviola. Era la consecuencia del gran juego que estaba desplegando el Málaga, con continuas llegadas a las inmediaciones de Munúa, aunque sin suerte.
Joaquín tuvo la primera en sus botas, en el minuto ocho, y Eliseu dispuso de otra a los 15 minutos. Sin embargo, el que movió el marcador fue Saviola aprovechando un despiste defensivo de David Navarro y un gran pase de Isco. Corría el minuto 27 y el electrónico hacía justicia a lo que se veía sobre el terreno de juego, aunque quedaba aún mucho partido.
El argentino volvía a marcar en la Liga española tras cuatro años y dejaba al Levante muy tocado. La primera parte de los valencianos había sido muy mala y reaccionaron nada más reanudarse el encuentro tras el descanso. Sin llegar al minuto de la segunda mitad, Míchel ponía las tablas con un disparo desde fuera del área que se colaba pegado al poste de la portería de Willy.
El Levante se metía en el partido pero el Málaga no se vino abajo y no dejó a los valencianos controlar la posesión. El centro del campo seguía siendo andaluz y las ocasiones continuaban siendo locales. Eliseu, Saviola y Joaquín estaban siendo una pesadilla para la zaga valenciana y fueron el español y el argentino los que fabricaron el 2-1.
Joaquín terminó culminando una gran jugada individual del cuadro de Pellegrini y aprovechaba un pase al hueco magistral de Saviola. El partido quedaba sentenciado, sobre todo por el juego de un Levante muy perdido que sólo intentó conseguir el empate cuando Sergio Sánchez dejó al Málaga con diez jugadores. En ese momento, los valencianos se volcaron al ataque pero sólo sirvió para que los andaluces sentenciaran a la contra con un gran gol de Portillo.
