A principios de los años 60 Jacqueline Roque compró un aparato de televisión para entretenerse durante las largas horas en las que Picasso trabajaba en su estudio. El veloz lenguaje televisivo, el proceso narrativo de las escenas y la gran cantidad de imágenes en blanco y negro de todo tipo que llegaban a la denominada pequeña pantalla tuvieron su influencia en la producción artística de Pablo Picasso durante sus últimos años.
El Museo Picasso Málaga (MPM) ha inaugurado este lunes una nueva exposición que, bajo el título de 'Picasso TV', muestra esos vínculos insospechados entre algunas de las obras que el pintor malagueño realizó en sus últimos años y los programas que emitía la televisión francesa en aquel tiempo. La exposición estará abierta al público hasta el próximo 16 de noviembre.
Fragmentos de películas y series, todos ellos contextualizados en una época en la televisión popularizó espectáculos, deportes e informativos, completarán esta exposición producida por el Museo Picasso Málaga y con la colaboración del Kunstmuseum Pablo Picasso Münster y de la Fundación Bancaja de Valencia.
En total, la exposición está formada por 57 obras de arte entre las que se encuentran 53 grabados, dos litografías y dos óleos, estos últimos realizados por Picasso en 1968. Se trata de primeros planos de hombres vestidos con sombreros y ropajes, conocidos con el nombre genérico de Mosqueteros, que evocan películas históricas.
A la inauguración han asistido el delegado del Gobierno andaluz, José Luis Ruiz Espejo; la delegada de Educación, Cultura y Deporte, Patricia Alba; el director artístico del Museo Picasso, José Lebrero Stals, y la comisaria de la exposición 'Picasso TV', Laurence Madeline.
El artista malagueño, a quien siempre atrajeron las formas de expresión populares, empezó a interesarse por algunos programas tras ver imágenes de una de sus exposiciones en Londres (Reino Unido) y visionar la boda de la Princesa Margarita de Inglaterra con el fotógrafo Anthony Armstrong-Jones, boda que fue seguida por 20 millones de telespectadores en todo el mundo.
De hecho, el fotógrafo Brassaï, en su libro 'Conversaciones con Picasso', ya aseguraba que éste veía la televisión con cierta regularidad, en particular programas de circo, de lucha libre, películas y series televisivas.
El circo, el amor, los toros, el boxeo y la carnalidad fueron las pasiones del joven Picasso, pasiones que en sus últimos años pudo revivir a través de una televisión que alimentaba la mirada 'voyeur' que le caracterizaba.
NARRACIÓN, ENCUADRE Y MOVIMIENTO
Las piezas seleccionadas para esta exposición muestran vínculos insospechados entre algunas de las obras que Picasso realizó entre los años 1966 y 1972 y los programas que emitía la televisión francesa de aquel tiempo.
La comisaria de esta exposición, Laurence Madeline, conservadora jefe de Musées d'art et d'histoire de Genève en Suiza, ha establecido conexiones entre la obra gráfica de Picasso y las imágenes televisadas, vinculando así la influencia de la televisión en los grabados de Picasso a partir de 1968.
En la televisión de aquella época, ha afirmado, "la acción, el encuadre, la narración y el movimiento, se encuentran exacerbados como en las últimas obras de Picasso".
Asimismo, ha sostenido que en esos años el artista retomó en sus grabados el blanco y negro --único formato de televisión hasta 1968-- y que en algunos de la 'Suite 347' el encuadre cambia acercándose al 4:3 del televisor.
Del mismo modo, la comisaria de la exposición ha señalado además como frente a la inmovilidad de las escenas circenses de los años 1904 a 1920, los saltimbanquis, payasos y artistas ecuestres de la 'Suite 347' están llenos de movimiento.
CIRCO, 'CATCH' Y ESPADACHINES
Si bien encender este aparato no era un gesto habitual en casa de Picasso, su nieto Bernard Ruiz-Picasso recuerda cómo su abuelo hacía callar a todo el mundo cuando empezaba un programa de lucha libre o 'catch' que le gustaba especialmente.
También el fotógrafo Roberto Otero asegura que en Notre-dame-de-Vie se interesaban por el devenir de los acontecimientos de Mayo del 68 a través de la televisión. Y el crítico y periodista Pierre Cabanne recuerda que Picasso mostraba un gran interés por el programa 'La piste aux étoiles' un programa dedicado al circo, con numerosas actuaciones.
El propio artista, en una entrevista para la televisión en el año 1966, habló sobre sus programas favoritos al ser preguntado sobre las posibilidades artísticas de la televisión.
Por su parte, el historiador de arte John Richardson, afirma que el artista y su mujer Jacqueline veían viejas películas en la televisión. Filmes del oeste, de la antigüedad clásica, dramas o comedia. Más de 150 de éstos fueron programados entre marzo y octubre de 1968 en las tres cadenas de televisión a las que Picasso tenía acceso en el sur de Francia: la primera y segunda cadena francesas y Télé Monte-Carlo.
Es el periodo en el que Picasso realizó los 347 grabados que constituyen la 'Suite 347', en varios de los cuales se pueden descubrir indios, guerreros, odaliscas, mosqueteros, acróbatas y artistas de circo. De hecho, el grabado número 1 de la 'Suite 347' nos muestra al propio pintor, ya maduro, frente a una artista ecuestre y un luchador.
La televisión, instalada en un rincón de la sala de estar de Notre-dame-de-Vie, llevó hasta la intimidad de Picasso el mundo del que se había retirado, posibilitando a su vez entretenimiento y evasión a través de la emisión de las películas que veían algunas noches.