Reprochar también es dialogar. Es la versión particular que parece haber adoptado el espíritu constructivo y dialogante emergente tras las pasadas elecciones municipales del 24 de mayo que dieron como resultado una corporación fragmentada.
A base de reproches se ha desarrollado el diálogo político en el Pleno extraordinario de este miércoles.
Los reproches entre los diferentes portavoces de los partidos de la corporación han girado, lógicamente, en torno al asunto que les reunía: arrancar el Polo Digital y crear una convocatoria pública de subvenciones para la rehabilitación de edificios instalando ascensores. Ésta última una propuesta que han planteado conjuntamente PP y PSOE pero para cuya presentación tan sólo ha intervenido el alcalde. La broma se la han dejado servida al portavoz de Málaga para la Gente, Eduardo Zorrilla.
Zorrilla ha mostrado su enfado por la que ha tildado como “negociación bilateral” entre PP y PSOE y que ha dejado fuera al resto de grupos políticos para intercambiar el polo por los ascensores. Por lo que el siguiente rapapolvo ha ido directo a la portavoz socialista.
A la crítica de Zorrilla se ha unido la del portavoz de Ciudadanos, Juan Cassá, por la misma razón. Ésta ha sido la respuesta de María Gámez.
Claro que Cassá no se ha quedado en el pacto. Ha ido directo contra el alcalde cuya investidura apoyó, para dejar claro, una vez más, que no era un “cheque en blanco”, como suele decir. Pero, en este Pleno, ha querido dejar claro que no hay cheque en blanco que valga para nadie. Y especialmente ávido se ha mostrado CAssá en recordar que los de Ciudadanos no vienen de la conocida como poltrona política sino que son, ha defendido, empresarios y autónomos.
En lo que microcréditos, viabilidad y rentabilidad se refiere, no ha tardado en contestar la portavoz de Málaga Ahora, que ha recordado que los proyectos colaborativos dan algo más que dinero.
El alcalde, a este respecto y ante las dudas de Cassá de que el Polo Digital salga adelante y sea un referente, no se ha privado de darle su particular ‘zasca’ al que fuera su socio.
