No hace mucho un reportaje de una televisión nacional mostraba cómo un taxista se negaba a entrar en la Palma-Palmilla. “Hasta aquí puedo llegar”, decía el conductor desde lo alto de un cerro donde se atisbaban los famosos bloques de viviendas. Hay quien, todavía, apunta a esta barriada malagueña como el mayor foco de delincuencia de toda Málaga y teme pasar por una de sus calles. Falsos mitos y prejuicios que aún siguen perviviendo en la sociedad, que se engrandecen en según qué medios y que la iniciativa Proyecto Hogar trata de derribar. El plan comunitario para transformar el barrio del que toman parte vecinos, colectivos y administraciones, recaló este martes en la Facultad de Educación de la Universidad de Málaga para inculcar entre los que serán futuros maestros a que hay más realidades dentro de la vida cotidiana de una zona, eso sí, lastrada por las altas tasas de paro y la pobreza infantil.
“La Palmilla es mucho más que la versión que muestran los medios, que solo visibilizan su parte más neativa”, aseguró Rafi Virella, vecina desde hace 40 años del barrio y dinamizadora en esta iniciativa. Tras pasar por el centro de la capital, el proyecto instaló su “mercadillo de propuestas” entre el trasiego de los universitarios para recoger, también sus propuestas.
Como un puesto, las cajas con las grandes cuentas pendientes en empleo, seguridad o limpieza recordaban cómo la Palmilla es el único distrito de Málaga sin polideportivo cubierto o la necesidad de un plan de choque de limpieza, más seguridad, la rehabilitación de viviendas o poner en marcha cláusulas sociales, lanzaderas de empleo o un centro de emprendedores. “Es un plan de todos, en el que están muy implicados muchos vecinos, que han elaborado sus propuestas”, indicó Virella. Hasta el momento, la iniciativa está dando sus frutos. Experiencias como el proyecto Buen Vivir la escuela de padres o la radio comunitaria Onda Color son la prueba.
“La educación es la llave del cambio”
“La educación es la llave”, rezaba el lema en la pizarra que, a modo de lluvia de ideas, fue poco a poco coloreándose de propuestas de los estudiantes. Los universitarios proponen promover el deporte, apoyar los estudios académicos de los niños del barrio o “hacer que haya empleo” como medidas para dejar atrás la gris imagen de la Palmilla. “Es la clave sobre la que se basa en todo lo que trabajamos, sin la educación es imposible transformar una zona, no solo la reglada, sino en todos los ámbitos”, sentenció Rafi, que avanzó que las nuevas generaciones llegan marcadas por menos prejuicios. “Yo creo que se van minimizando esos perjuicios, queremos que los jóvenes sean sinceros con lo que piensan del barrio, pero está claro que ha cambiado mucho la visión de antes y la de ahora”, esgrimió la responsable de Proyecto Hogar.