Los familiares de una mujer fallecida el pasado mes de marzo por neumonía bilateral causada por COVID-19 han presentado una reclamación previa por responsabilidad patrimonial por supuestos errores y confusión en las pruebas de coronavirus con otro paciente y por la "carencia de un adecuado tratamiento y atención sanitaria". Solicitan una indemnización de 127.800 euros.
La reclamación, presentada por el letrado Francisco Damián Vázquez en representación de los hijos de la víctima, señala a una "relación de causalidad entre la asistencia sanitaria prestada, errores cometidos de trazabilidad y su fallecimiento", por lo que la petición de inmdenización se dirige contra el Servicio Andaluz de Salud (SAS), por "un evidente mal funcionamiento de la administración pública sanitaria".
La mujer de 73 años sufrió el 4 de marzo una caída en casa y tenía fiebre, según la reclamación y la denuncia presentada en su momento en un juzgado de instrucción --que sigue la vía penal--. Días más tarde, al no ver mejoría con varios medicamentos, se hizo nueva consulta sanitaria y la familia pidió que se le realizara la prueba de coronavirus, pero "se negaron". Finalmente fue trasladada a un hospital de Málaga capital para una radiografía.
Según el documento presentado, la radiografía "salió defectuosa", según les indicaron, pero "decidieron no repetirla de forma improcedente", tras lo que fue dada de alta, aunque los familiares tuvieron que llamar de nuevo a la ambulancia y a los teléfonos para las pruebas de coronavirus, indicándoles que se avisaba a un epidemiólogo para que informaran, pero "no recibieron llamada de vuelta".
También acudieron al médico de cabecera que les dijo que volvieran a contactar con los números habilitados. Al no mejorar la situación, continúa la reclamación, pidieron a través del botón de asistencia a domicilio una ambulancia, acudiendo tres sanitarios equipados para el protocolo de coronavirus que "determinaron dejarla en casa y no trasladarla". Al seguir la fiebre, fue trasladada de nuevo al hospital.
La llevaron a una sala de aislamiento para hacerle la prueba y por la tarde le dijeron a la familia que el resultado era positivo, pero posteriormente, según el escrito de reclamación, "les comunicaron que habían confundido los resultados de la prueba de su madre con los de otro paciente, y que tras repetirla había dado negativo". "Es decir, por la propia administración se reconoce el error o confusión", se señala.
Por tanto, fue trasladada a una planta de no infecciosos "teniendo contacto con otras personas y pacientes". Dos días después les comunican que le van a hacer la prueba de Gripe-A y la pasan de nuevo a la zona de infecciosos. La familia dice desconocer si se le realiza esa prueba, pero sí señala que tras muchas llamadas para pedir información les confirman "que seguía con neumonía y que parecía ser coronavirus, pero no lo tenían confirmado".
El día 18 la familia recibió una llamada informando de que "su madre había fallecido a causa de una neumonía provocada por COVID-19", se indica en la reclamación, considerando que "existe una falta de control adecuado en la atención médica a la paciente y en la toma de muestras para análisis, con errores en la trazabilidad de las muestras, existiendo una evidente relación de causalidad con la omisión de medios, que finalmente acabaron con la vida del paciente".
Los reclamantes inciden en el "negligente proceder, ya fuera por falta de coordinación, o falta de medios, errores en la trazabilidad y confusión de las pruebas entre pacientes", apuntando que ha supuesto un "daño moral desproporcionado por la incertidumbre, afectación emocional y pérdida de la vida de su familiar, todo ocasionado por un error en las pruebas de COVID-19 realizadas en medio hospitalario".