El tiempo en: Valencia
Viernes 04/07/2025
 

Matrícula de deshonor

Política sin alma

Cualquier debate se convierte en una batalla a muerte, intentando manchar “la arena de sangre” para impactar al coliseo social

Publicado: 03/07/2025 ·
12:17
· Actualizado: 03/07/2025 · 12:17
  • Fachada del Congreso de los Diputados. -
Autor

Federico Pérez

Federico Pérez vuelca su vida en luchar contra la drogadicción en la asociación Arrabales, editar libros a través de Pábilo y mil cosas

Matrícula de deshonor

Un cajón de sastre en el que hay cabida para todo, reflexiones sobre la sociedad, sobre los problemas de Huelva, sobre el carnaval...

VISITAR BLOG

La política actual está en uno de sus peores momentos, una crisis que se agudiza cada año, degradada, desmoralizada y relegada a uno de los sectores sociales más odiados por los españoles. Leer o ver algo sobre política es visionar una parodia absurda e incomprensible, un teatro decadente de juegos dialécticos, insultos y sobre todo, de mentiras de todos “los colores”. Cualquier debate se convierte en una batalla a muerte, intentando manchar “la arena de sangre” para impactar al coliseo social, que vitorea desde las redes sociales. 

Es curioso cómo caen en desuso los verdaderos debates sociales: ya no venden, no son importantes para ellos, incluso, para nosotros. Es más impactante lograr el próximo titular, la frase certera, el desprestigio del oponente, que los verdaderos problemas como la vivienda, la precariedad, la sanidad, la educación pública, que se han convertido en adornos o discursos vacíos que ya nadie cree. Mienten como bellacos ante las cámaras, distorsionando realidades a sus antojos, esperando ganar votos con cada frase, bien definida y filtrada por una estrategia de marketing electoral permanente, cuidada hasta el más ínfimo detalle.

Particularmente, siento un profundo asco, una repulsión indignante. Pero sobre todo, frustración al observar cómo se les sigue el juego, como se sueltan cheques en blanco para batallar desde las trincheras, cómo se compran y se venden palabras e intenciones. Es hora de un cambio, de dar un giro a todo lo que estamos viviendo, de exigir más responsabilidad, más honestidad, más compromiso y más decencia, y que nuestros políticos sean modelos de referencias y no ladrones y convictos enmascarados. Si la política sigue siendo lo que vemos hoy, entonces no es que esté en crisis: es que ha perdido el alma. Y sin alma, no se construye ningún país. 

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN