Miles de personas, banderas blancas y amarillas en mano, saludaron hoy al papa a su llegada a Colombo en el inicio de una visita de poco más de 48 horas con la que ha abierto una gira por Asia que le llevará además a Filipinas.
En un país con una minoría de católicos que apenas representa al 6,2%, miles de creyentes y sobre todo curiosos interesados en ver de cerca al santo padre le acompañaron durante los alrededor de 30 kilómetros que separan Colombo del aeropuerto internacional Bandaranaike, que sirve a la capital cingalesa.
El papa Francisco saludó a los sinaleses que se agolpaban a ambos laterales de la carretera y de las calles desde el papamóvil descubierto que emplea en esta visita.
Incluso en un momento del recorrido el santo padre llegó a bajarse del vehículo para tener un contacto directo con un grupo de católicos que le saludaban, lo que generó un enorme revuelo.
El santo padre continuó después el recorrido hacia la capital de Sri Lanka donde hoy tendrá un programa que prevé encuentros con los obispos del país, y una visita de cortesía al nuevo presidente del país, Maithripala Sirisena.
También participará en una ceremonia interreligiosa en un país de 20 millones de habitantes en el que alrededor del 70% de la población profesa el budismo, un 15% el hinduismo y en torno al 10% la religión musulmana.
A su llegada al país, el papa Francisco llamó al respeto entre las distintas religiones para conseguir la reconciliación y consolidar la paz en Sri Lanka, un país que vivió un conflicto civil durante casi 30 años y que finalizó en 2009.
El papa pidió "consolidar la paz" y "curar las heridas".
El presidente de Sri Lanka, con apenas cuatro días en el cargo, para el que fue elegido el pasado jueves en las elecciones que celebró el país, pidió al sumo pontífice la bendición tanto para la población de la antigua Ceilán como para él en el inicio de su mandato.
La visita del santo padre a Sri Lanka tendrá dos momentos destacados: una misa en el parque Galle Face Green de Colombo a la que se espera que acudan alrededor de 400.000 personas llegadas de todo el país, y la visita al santuario de Nuestra Señora de Madhu.
Durante la misa en Colombo se producirá la canonización del beato José Vaz, un sacerdote de origen portugués nacido en la ciudad india de Goa en el siglo XVII, un "evento enorme" para la comunidad católica de este país, en palabras de la Iglesia local.
El papa viajará posteriormente al Santuario de Madhu, para encabezar una ceremonia religiosa en la que orará y bendecirá a los fieles ante la imagen de la virgen, en un enclave muy simbólico que se convirtió en tierra de unidad para todos los sinaleses durante la guerra civil.