Los jefes de Estado y de Gobierno de Francia, Chile, Etiopía, Alemania, México y Canadá exigieron hoy poner al carbono un precio lo suficientemente alto para recoger el verdadero coste que su emisión tiene para el planeta y para redirigir las inversiones hacia actividades económicas más limpias.
Promovida por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, la iniciativa abanderada por estos países, que ya han puesto precio al carbono, parte de la premisa de que "poner un precio al carbono es clave para combatir el cambio climático y transformar la economía global", según explicó la vicepresidenta del Banco Mundial, Rachel Kyte.
"No nos podemos permitir seguir contaminando a este ritmo, la única manera de asegurar la neutralidad de emisiones a finales de siglo es poniendo un precio al carbono; 49 países ya lo han puesto y 400 empresas del mundo han pedido a los Estados que lo hagan", subrayó el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim.
El presidente francés, François Hollande, explicó que poner al carbono un precio que se vaya incrementando gradualmente es la manera de "promover mejores conductas" en el sector empresarial.
Hollande agregó que su Ley de Transición Energética ha sentado las bases para un sustancial aumento del precio del carbono, de los 22 euros por tonelada métrica en 2016 a 100 euros en 2030: "Muy pronto, una empresa que emita menos CO2 va a ganar una ventaja competitiva tremenda", dijo.
"Poner un precio al carbono es la medida más efectiva para reducir emisiones de efecto invernadero, reduce el consumo de energía fósil e incentiva la inversión en tecnologías más eficientes", apuntó el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, cuyo país también estableció en 2013 esta tarifa.
Por su parte, la presidenta chilena, Michelle Bachelet, resaltó: "Debemos de poner un precio al carbono" porque la "energía sucia y barata no es barata para el planeta" y los países tienen el deber de "incrementar el precio de las energías más dañinas".
En la misma línea, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, insistió en que poner un precio al carbono no sólo es bueno para la economía "sino también para el planeta".
Mientras, la canciller alemana, Angela Merkel, abogó por esta "herramienta basada en el mercado" como el mejor instrumento para hacer la transformación hacia una economía neutra en emisiones a finales de siglo.
La llamada de estos seis mandatarios ha sido seguida por otros ministros y 90 líderes de grandes empresas y ONG de todo el mundo que hoy también suscribieron una Coalición de Liderazgo para el Precio del Carbono (Carbon Pricing Leadership Coalition, CPLC).
El objetivo de la coalición es compartir conocimiento sobre buenas prácticas en políticas de precio de carbono e integrar esas políticas en las negociaciones climáticas internacionales.