Tres policías franceses se encuentran bajo arresto por haber trasmitido imágenes de vídeo-vigilancia a Alexandre Benalla, el guardaespaldas de confianza del presidente francés, Emmanuel Macron, detenido después de haber golpeado a un manifestante durante las protestas del pasado 1 de mayo.
El ministro del Interior, Gérard Collomb, comparecerá en la comisión de investigación abierta por la Asamblea Nacional para dar explicaciones sobre el conocido como "caso Benalla", que ha provocado la mayor crisis política del mandato de Macron, acusado por la oposición de haber querido encubrir a su jefe de seguridad.
Se trata de los agentes de alto rango destinados a la seguridad y el tráfico de París que proporcionaron a Benalla los vídeos grabados por las cámaras de seguridad durante la operación.
Según la Fiscalía de París, los tres agentes están acusados del "robo de imágenes del sistema de vídeo-vigilancia" y de "violación del secreto profesional".
Se trata del jefe del Estado Mayor adjunto, de un comisario que estaba en la plaza de París donde Benalla fue grabado pegando al manifestante y del comandante responsable de las relaciones entre la Prefectura de Policía de París y el Elíseo.
Después de que el diario vespertino Le Monde desvelara el vídeo e identificara a Benalla como el autor de la agresión, el jefe de seguridad del presidente acudió a esos agentes para obtener las grabaciones de las cámaras de seguridad.
Con estas nuevas detenciones ya son cinco las personas arrestadas, junto al propio Benalla y Vincent Crase, empleado de seguridad del partido de Macron que también se encontraba en el lugar en el que tuvo lugar la agresión.
Además, el domicilio de Benalla en la localidad de Issy-les-Moulineaux, a las afueras de París, fue registrado por los agentes.
Suspendido de sus funciones en un primer momento durante dos semanas, Benalla es objeto de un procedimiento de despido por parte del Elíseo desde ayer, cuando, según el Gobierno, se conoció que había intentando obtener las imágenes de vídeo-vigilancia.