La Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) anunció este jueves que en su última operación contra los delitos financieros en internet ha detenido a 585 personas e interceptado 83 millones de dólares de fondos ilícitos en nueve países de Asia-Pacífico.
La operación resolvió 892 casos en seis meses de trabajo gracias a la labor de funcionarios policiales de Camboya, China, Indonesia, Corea, Laos, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam.
Este dispositivo, denominado HAECHI-I, se centró en cinco tipos de delitos: fraudes de inversión, estafas "románticas", blanqueo de capitales asociados al juego ilegal, "sextorsión" (chantaje a una persona con una imagen o un vídeo sexual de sí misma) y suplantación de identidad.
El despliegue tuvo lugar entre septiembre de 2020 y marzo de 2021 y se dio por cerrado oficialmente la semana pasada.
Aunque se centró en la región asiática, el carácter transfronterizo de estos delitos en internet hizo que las investigaciones se extendieran a todos los continentes, señaló Interpol en un comunicado.
En total se abrieron más de 1.400 investigaciones, muchas de ellas todavía en curso, y se congelaron más de 1.600 cuentas bancarias en todo el mundo.
"Los estafadores en línea intentan aprovechar el carácter sin fronteras de internet para dirigirse a víctimas de otros países o transferir sus fondos ilícitos al extranjero", dijo la directora de Delincuencia Organizada y Emergente de Interpol, Ilana de Wild.
Los resultados obtenidos demuestran que la delincuencia financiera en línea es "claramente mundial", añadió Wild, quien hizo un llamamiento a la cooperación internacional para combatirla.
Entre los ejemplos citados se encuentra el de una empresa coreana que fue contactada en febrero por quien parecía ser uno de sus socios comerciales, que le solicitaba el pago de una serie de facturas, pero los datos bancarios habían sido modificados de forma fraudulenta.
La compañía acabó transfiriendo unos siete millones de dólares al defraudador, dinero que se dirigió rápidamente a cuentas bancarias en Indonesia y Hong Kong (China).
Poco después de que denunciara la estafa a las autoridades, las fuerzas del orden coreanas alertaron a la unidad de delitos financieros de Interpol y a sus puntos de contacto, que hasta el momento han permitido interceptar y congelar la mitad de los fondos robados.
En otro caso de fraude, un grupo delictivo de Hong Kong coordinó la compra de una gran cantidad de acciones y provocó una subida repentina de su precio.
Posteriormente, recurrió a las redes sociales para animar a los usuarios a invertir en esta tendencia al alza, impulsando aún más el precio de las acciones.
Al llegar a un pico acordado, el grupo de delincuentes vendió sus acciones y se benefició del alto precio logrado, que poco después se desplomó. Esto llevó a los estafados a tener importantes pérdidas, explica Interpol, aunque se han podido recuperar ya la mayor parte de los fondos de las víctimas.
Los informes de Interpol indican que se han producido tramas de este tipo en al menos otros dos países de Asia-Pacífico y alertan de que otras zonas podrían estar en peligro frente a este modus operandi.