Se esperaba con interés el estreno del Salerm ante su parroquia en el último amistoso de la pretemporada ante el juvenil A del Sevilla, pero lo cierto es que la tarde-noche para los de Juan Arsenal fue completamente aciaga, ya que ni el juego desplegado por el equipo ni el resultado cosechado –una abultada derrota por 1-4- sirvieron para ilusionar a los aficionados, que se marcharon del Manuel Polinario con caras de preocupación, con la mente puesta en el debut liguero del próximo domingo ante el Algeciras.
Y es que desde el inicio, los pontanenses se vieron claramente superados por el desparpajo y el descaro de los jóvenes sevillistas, que demostraron su calidad y evidenciaron el nivel que año tras año les lleva a tutear a los mejores clubes de nuestro país. Pese a ello, los primeros diez minutos fueron un poco locos, con claras ocasiones para ambos equipos que bien pudieron desnivelar el marcador, aunque este no se movió hasta el minuto 14, cuando en una buena combinación del ataque visitante, un barullo dentro del área pontanesa acabó con el balón tocando en Ángel del Pino para introducirse en la portería, una desgraciada jugada que significó el 0-1. El gol trató de espolear a los de Arsenal, pero el control y el dominio siguieron siendo visitantes, y así, al filo de la media hora, Lara -de los mejores en el Sevilla- culminó un contraataque para poner el 0-2 en el marcador.
Tras el descanso se vio a un Salerm con más mordiente, y fruto de ese empuje Bubu recortó distancias al transformar un penalti cometido sobre Chechu Córdoba, que fue muy protestado por los hispalenses. Con el 1-2 se vio un partido más abierto y los pontanenses ofrecieron sus mejores minutos, pero todo se fue al traste cuando Pliego acertó con la portería local por partida doble, consecutivamente, a falta de un cuarto de hora para el final para dejar el 1-4 definitivo.
El Salerm ya no tuvo capacidad de respuesta, y aunque pudo recortar diferencias, acabó encajando un severo correctivo que debe olvidarse cuanto antes ya que será a partir del domingo cuando empiece lo que realmente importa.