Mucha ilusión se ha acumulado en siete años, desde la última vez que el pueblo de Rota presenció uno de los acontecimientos deportivos más importantes en la localidad como es el 'derbi', entre el CD Rota y la UD Roteña; aunque la mayoría de las veces en las que se enfrentaban llegaban en dinámicas radicalmente distintas lo que, de primeras, ya parecía un indicio bastante evidente de cómo podía decantarse el duelo local. Esta vez, por el contrario, la situación no puede ser más pareja, lo que ha hecho disparar todavía más la expectación. La Roteña ha comenzado la temporada de manera intratable, sin encajar aún una sola derrota, mientras que el Rota, pese a su derrota reciente en El Puerto de Santa María, está posicionado como segundo clasificado tras aprovechar el pinchazo del Jerez Industrial en la capital gaditana. En su caso, no falló. Ganó y disfrutó endosándole un severo correctivo por 4-1 al Bazán que, aunque en la primera parte mostró una versión realmente sólida en defensa, ya tras el descanso se deshilachó por completo de manera incomprensible. El punto de inflexión bien pudo ser el gol de Carlos González. El central roteño que formó una sólida pareja en el eje de la zaga con Fernando hasta la lesión del lebrijano, marcó de cabeza un balón servido desde el sector izquierdo del ataque, a pocos minutos para el intermedio.
Un golpe irreversible para un Bazán que, tras el descanso, fue la otra cara de la moneda respecto a ese equipo que dominó con el balón en los pies durante la primera parte y que amenazó por momentos a través del balón parado con la increíble precisión de Legupín. Le faltó el remate en los últimos metros. Hasta tres ocasiones manifiestas se le presentaron. Las únicas, realmente, en todo el patido, porque la vuelta de vestuarios dio paso a un asedio verderón. Álex Bernal aumentó la ventaja por partida doble con un cabezazo a la red tras una falta botada por Orihuela. El remate fue sensacional, aunque el fallo en las marcas le facilitó la tarea. Nada quedó de ese férreo Bazán de la primera parte. Ni siquiera los vestigios. Los delanteros del Rota entraban en el área como aviones aprovechando los muchos huecos que aparecieron en una muralla totalmente resquebrajada. En una de esas entradas, José Rodríguez fue derribado provocando un penalti. Él mismo fue el encargado de transformarlo engañando a Pedro y quitarse, de algún modo, esa espinita por ese gol que se le venía resistiendo desde hace tiempo.
Sambruno, después, se sumó a la fiesta marcando el cuarto. Probó un lanzamiento lejano que desvió Aguirre hacia el fondo de su propia portería. Una carambola con fortuna, pero al Rota le estaba saliendo todo de cara. Todo le parecía acompañar, hasta el factor suerte. Con el partido más que sentenciado a poco más de veinte minutos para el final, Jero Osorio decidió dar entrada al portero suplente Rafa para hacer debutar a un nuevo canterano con el primer equipo y, así, hacer a todos los jugadores sentirse importantes. El portero, quizás fruto de la inexperiencia, encajó un gol en el último minuto en una falta ejecutada por Aguirre que, de alguna manera, se logró redimir. Ni siquiera lo celebró, aun así. No cambió en nada el curso de un partido sellado desde hace tiempo con victoria local. Una victoria aplastante, sin paliativos, con la que lanza un poderoso mensaje a sus vecinos de la UD Roteña de cara al próximo derbi, que se disputará el domingo, día 3 de noviembre, a las 12:00h.
