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Jueves 20/02/2025
 

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Narciso Santamaría 'Chicho': "el 'Dardo' está dentro de mí"

"Hay una cosa muy importante para mí, como enamorado de la hostelería, que está faltando y es el servicio al público"

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49 años son más que suficientes para poner el punto y final a una de las historias más idílicas de la localidad gaditana de Rota. En tiempos de la inmediatez con el peso de la obsolescencia programada, el tiempo de vida se acorta, paradójicamente mientras extendemos nuestras esperanzas de vida. En medio siglo hemos visto casi de todo, al igual que durante esas casi cinco décadas hemos comprobado como un local ha resistido los zarpazos de los cambios. El 'Dardo', conocido con mucho cariño como el 'Chicho', levanta el cartel de traspaso debido a la jubilación de Narciso Santamaría, 'Chicho'.

Este icónico barman de la localidad pone punto y final a prestar servicio detrás de la barra de su bar, de su 'Dardo', aunque ya asegura que su retiro no será para "estar parado y viendo películas en casa". Chicho quiere seguir vinculado a su pasión: la hostelería.

Tras casi cincuenta años llega el momento de decir adiós, ¿cómo ha vivido esta decisión de jubilarse?


Son decisiones que se tienen que tomar puesto que llevo cuatro años pendiente de ello porque voy a cumplir 70 años, veía que era momento de retirarme. Pero, claro, tengo este veneno dentro de mi cuerpo, me cuesta mucho trabajo. Dos años a la espera de la decisión de mi hijo por si decidía continuar con el negocio, y otros dos porque venía los fines de semana y a mí me encanta. Es entrar en el bar y me pongo las pilas. Al fin y al cabo, el 'Dardo' está dentro de mí. A este lugar le he dado mucho cariño y cuando entro pongo toda mi actitud y profesionalidad.

Una vez llegados a este punto, con cuarenta y nueve años a su espalda: ¿qué piensa de su recorrido?

Cuando yo empecé aquí esto fue una aventura. Al final en la vida cogemos un camino, pero no sabemos si es el idóneo. Yo tomé esa decisión. Ahora es fácil decir que he llegado a 49 años, pero jamás me propuse al comienzo en llegar a esa cifra. Mi camino era mi vida, siempre me ha gustado mi oficio porque siempre he apreciado el trato al público. Es cierto que con el paso del tiempo y ves los años que vas cumpliendo te cuesta tomar la decisión de jubilarse porque te gusta. Luego que estás próximo a los 50 quieres alcanzar esa cifra, aunque es cierto que también tengo mi mujer que me decía: "Chicho, un añito más no. Ya está bien que son 49 años". Al final llegar a este número es muy complicado y creo que el estatus del Dardo se va a quedar un poco alto.

En todos estos años de servicio, ¿qué es lo que más has disfrutado?

Es muy complicado elegir. Es el día a día. Es cuando entras en la puerta y poner cariño a cualquier cosa. Yo no puedo ver ninguna etiqueta de cualquier botella mal puesta. Además de alimentar quien alimenta el negocio. Yo siempre digo que "las bisagras del 'Dardo' no suenan porque le ponemos aceite de oliva virgen extra". Tú tienes que alimentar al cliente. Debes crear un vínculo con el cliente, mis cliente cuando llegan a mi negocio me dicen "Chicho, ponme lo que tú quieras". Entonces debo saber lo que ha comido al mediodía, por la tarde y por la noche para adaptarle una de mis copas o cócteles a lo que él ha comido o bebido antes. Yo tengo que saberlo porque lo único que hago es adaptar mi coctelería a tu gusto.

La experiencia le avala, ¿qué recomendaría a las jóvenes generaciones?

Hay una cosa muy importante para mí, como enamorado de la hostelería, que está faltando y es el servicio al público. Lo digo sin ánimo de ofensa a nadie, solo a modo de ayuda. Considero que hoy la hostelería se enfrenta a altos grados de intrusismo laboral. A los jóvenes yo les recomiendo que hagan cursos. Hay muchos cursos de restauración, pero de atender al cliente, de saber tener actitud, de saber cómo hablar al público porque esa profesionalidad es muy importante. Hay que tratar de conseguir que los clientes se marchen felices, principalmente porque lo más destacado no es que un cliente venga sino que vuelva porque eso es síntoma de que lo anterior lo has hecho bien.

Este trato son básicos de la hostelería y desgraciadamente se está perdiendo. No me preocupa que las nuevas generaciones traigan evoluciones, sí que me preocupa que se parta el árbol y no se deje la raíz. Yo que me he retirado no quiero que se rompa la cadena por lo que voy a ayudar a cualquiera que lo necesite. ¿De qué vale lo estudiado si no lo doy? Yo me ofrezco a dar la baraja entera menos el comodín. Y no puedo porque el comodín es mi alma. El alma de una persona no se puede dar, la forma de ser está dentro de cada uno.

¿Cómo es el alma de Chicho?

Mi alma es súper abierta. Soy una persona muy cariñosa con mis clientes, doy mucho cariño, porque yo quiero que el cliente hable bien del negocio. Un garbanzo negro dentro de un paquete se ve. Es decir, una mesa que se vaya descontenta, me calienta la cabeza. No importa si he servido a cuarenta más y sin percances. Pero cómo haya habido un fallo, aunque no tenga culpa, ya me siento descontento.

Después de haber creado más de 500 elaboraciones propias, ¿podrías destacar alguno?

Creo que el cóctel con más cariño, más allá de ser todos, podría decirte dos. Uno que era el más tonto del mundo y me costó un año sacarlo: el arroz con leche. Me propuse sacar este combinado, teniendo en cuenta que hacer un combinado no es mezclar bebidas y que quede bueno. No. Eso lo hace cualquiera. Sin embargo, tú debes de saber porque le echas cada producto, buscando un equilibrio gracias al estudio de la composición de cada bebida.  Este arroz con leche lo dejé aparcado ante mi incapacidad de afrontarlo y al año lo cojo y lo saco en un momento. A priori era sencillo, pero me llevé más de un año detrás de este sabor.

Otro al que le he puesto mucho cariño es 'el Lolita', un cóctel que nace de un reto profesional con mis compañeras y amigas del Restaurante Lolita a través de un postre que habían elaborado a partir de la tintilla. Entonces, al escuchar ese postre le pregunté si me estaba retando a qué haga un cóctel con ese sabor. Ellas decían que no era capaz, entonces me puse manos a la obra y conseguí hacer un tiramisú en un hielo dentro del cóctel.

Y, ¿ahora qué, Chicho?

Llevo unas semanas de jubilación, llevo preparando este momento durante dos años. Por lo que estoy normal porque esto yo ya lo llevaba viendo venir para evitar coger ningún trauma. Es cierto que tengo que adaptarme a los nuevos horario porque a las 23:00 mi mujer ya está acostada y yo no puedo dormir. Por ahora sigo con mis estudios, parado no estoy. Yo no me siento en el sofá y me quedo viendo una película. Yo me mantengo con mis libros y a estudiar. Ahora necesito un mes para gestionar el traspaso del negocio con mi sociedad. Una vez concluido ese apartado comenzaré a planificar mi vida. Eso sí, yo quiero seguir colaborando con quien lo necesite en materia de hostelería. Yo la hostelería no la voy a dejar. Ahora mismo no tengo muchos proyectos, es más no puedo decirte qué pasará ahora.

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