Comenzó a fraguarse en el año 1999 y trece años más tarde podrá empezar a ejecutarse, siempre y cuando las condiciones económicas soplen con viento más favorable. Se trata del nuevo Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), que desde este jueves cuenta con todos los beneplácitos habidos y por haber por parte de todas las administraciones implicadas en este duro y no fácil proceso de maduración del documento.
La noticia era dada por el propio alcalde isleño, José Loaiza, quien señalaba que “ha costado mucho trabajo porque ha sido un parto que ha durado muchos meses, pero por fin ya lo tenemos aquí”.
De todas formas, todavía resta el último trámite administrativo para que su entrada en vigor sea una realidad y es su publicación en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA), “algo que esperamos que se produzca de una manera rápida”, afirmaba el primer edil isleño.
Los pasos dados
El Plan General comenzó a dar sus primeros coletazos en el año 1999 cuando se inició su redacción para dar salida a las lagunas urbanísticas que planteaba el anterior y que entró en vigor en el año 1992.
El nuevo PGOU obtuvo su aprobación inicial por parte parte del Ayuntamiento de San Fernando en abril del 2006 y no fue hasta octubre de 2010 cuando se produjo su aprobación provisional por parte del Gobierno local. En el mes de mayo de 2011, una vez que se completó todo el expediente, el equipo del Gobierno local lo remitió a la Dirección General de Urbanismo, quien tras su examen lo elevó a la Comisión de Ordenación del Territorio y Urbanismo (Cotua).
En dicha comisión se le reclamaron al Ayuntamiento la realización de una serie de reparos sobre el documento urbanístico, los cuales se llevaron a efecto y ahora ya sí la Junta de Andalucía ha comunicado al Gobierno municipal que su entrada en vigor cuenta con todas las bendiciones.
Su contenido
En líneas generales, la aprobación definitiva del PGOU y su puesta en valor va a permitir el desbloqueo de una serie de actuaciones que estaban pendientes, si bien y como se ha señalado con anterioridad, todo va a depender de un dinero que en estos momentos no lo hay. Es el caso de las 7.700 viviendas que hay pintadas y previstas que se construyan dentro del nuevo documento.
También va a suponer que por fin tanto el Ayuntamiento como la Zona Franca se sienten en la misma mesa para poner de manera definitiva un precio a los suelos del extinto polígono de tiro de Janer, que está llamado a convertirse en un nuevo polígono industrial para la ciudad.
Otros datos que arroja el plan urbanístico es que está concebido para permitir un modelo de crecimiento urbanístico acorde con un aumento poblacional del 19,17 por ciento (en torno a 18.000 personas más que las cifras registradas en el Padrón Municipal del pasado año 2010) y un crecimiento del suelo urbanizable del 8,2 por ciento, lo que significará 7.724 viviendas.
Con las cifras antes mencionadas, se da cumplimiento a los límites establecidos por Plan Territorial de Ordenación de Andalucía (POTA).
Por otro lado, cabe reseñar que el Cotua dictaminó en su día no fijar desde el Plan General de Ordenación Urbana cuántas serán las viviendas que vayan a construirse en los terrenos de los Polvorines de Fadricas. Aunque sí apreció que debe se tratarse de una actuación de baja-media densidad y que, para ello, la citada comisión entiende que debe ser otro instrumento urbanístico, un plan de sectorización, el que con su correspondiente información pública e informes sectoriales concrete tanto el uso como el número de viviendas y edificabilidad de los terrenos.
