El Metro de Sevilla ha iniciado la instalación de cerca de 2.000 placas fotovoltaicas repartidas en las cubiertas de diferentes estaciones, así como en el edificio de sus oficinas centrales junto a Talleres y Cocheras, para potenciar así el autoconsumo energético de este sistema de transporte colectivo en el área metropolitana de Sevilla. La inversión asciende a un millón de euros.
Esta instalación de energías renovables generará el 15% de la energía que consume el metropolitano, y que anualmente asciende a alrededor de trece millones de KWh. Este proyecto se alinea con la "revolución verde" que promueve la Consejería de Fomento, Articulación del Territorio y Vivienda en todas sus infraestructuras y servicios de transportes para lograr la mayor eficiencia energética y ambiental.
En una nota de prensa, la Consejería ha detallado que las placas se instalarán en una superficie de 5.800 metros cuadrados distribuidas por las cubiertas de las estaciones de Ciudad Expo y Cavaleri en la localidad de Mairena del Aljarafe; San Juan Alto y San Juan Bajo; Blas Infante, Cocheras y el Edificio de los Talleres y Cocheras, y en las estaciones de Pablo de Olavide y Olivar de Quintos, en Dos Hermanas.
La instalación ha comenzado este mes de noviembre, en el que se comenzará a producir energía a través de las primeras placas instaladas, y finalizará a principios del año 2023, momento en el que se suministrará toda la potencia. Metro de Sevilla cuenta en este proyecto con la colaboración de la empresa Enèrgya VyM, que se encarga de realizar la instalación del parque solar fotovoltaico y de su mantenimiento.
Para Metro de Sevilla se trata de "una actuación más" dentro de su línea de consumo sostenible, en sintonía con el Plan Estratégico de Sostenibilidad 2021-2024 del grupo Globalvia, principal accionista del suburbano. El transporte público es ejemplo de sostenibilidad frente al uso del vehículo particular, y el ferrocarril, en concreto, destaca por su reducido consumo energético frente a otros modos y de manera más acusada cuando los trenes son eléctricos.
Además desde 2014, el metropolitano ha trabajado para optimizar el uso de energía eléctrica siendo ejemplo de eficiencia al reducir el consumo en un 37% gracias a la renovación de equipos por otros con tecnologías más modernas y eficientes, y a la aplicación de las mejores prácticas. Esta optimización en el consumo de energía del Metro ha venido acompañada, desde el año 2015, por la formalización de contratos de suministro de energía eléctrica procedente al cien por cien de fuentes renovables. Y, desde 2020, el suburbano es neutro en carbono.
