Hay documentales que informan, otros que conmueven. Ellas en la ciudad, dirigido por Reyes Gallegos, hace ambas cosas y algo más: revela. Porque lo que esta película documental pone ante nuestros ojos es algo que, a menudo, ha estado ahí, pero no hemos sabido ver. Las mujeres que durante los años 70 y 80 levantaron los barrios periféricos de Sevilla no solo luchaban por agua, luz, escuelas o transporte. Estaban construyendo ciudad, vida en común, comunidad. Estaban haciendo urbanismo.
Gallegos, arquitecta y profesora de la Universidad de Sevilla, dirige su mirada -y la nuestra- hacia las periferias de la ciudad, donde las mujeres fueron motor y sustento de transformaciones profundas. Lo hace sin artificios, desde la escucha y el respeto. La cámara recoge los testimonios de Juana, Victoria, Nati, Toñi y Maribel, cinco mujeres que, con voz clara y memoria lúcida, reconstruyen las décadas en las que sus barrios, sin apenas servicios ni planificación, fueron el escenario de una lucha cotidiana, vecinal, tenaz.
Lo más valioso del documental es, quizá, su capacidad para articular la perspectiva de género en el urbanismo con una narración viva, emocional y directa. A quienes no habíamos terminado de comprender qué significaba mirar la ciudad con ojos de mujer, Ellas en la ciudad nos ofrece una clave sencilla y potente: la ciudad no es solo la que diseñan los arquitectos, sino también la que se sostiene, se cuida y se defiende. Y esa ha sido, durante mucho tiempo, una tarea invisibilizada y profundamente feminizada.
En cada historia que recoge el documental hay un acto de reivindicación. No se trata solo de recordar, sino de restituir: no una dignidad perdida, sino una dignidad no reconocida. La que tenían ya esas mujeres cuando defendían el agua corriente, la seguridad en las calles, los espacios de encuentro, el derecho a quedarse en su barrio y hacerlo habitable. Fueron feministas sin saberlo, como dice alguna de ellas; arquitectas sin título, urbanistas del día a día.
Concluyendo, Ellas en la ciudad nos recuerda que lo esencial sigue ocurriendo en las periferias, donde aún se construye comunidad y se defiende el derecho a habitar con dignidad.