El veterano bailaor José de la Vega, discípulo y amigo del bailaor Vicente Escudero (1898-1980), señaló ayer durante la inauguración de la muestra flamenca Líneas en libertad que en el baile flamenco de hoy “los hombres bailan como bailan las mujeres y las mujeres bailan como bailan los hombres” porque el flamenco, ha considerado, es un arte vivo y en evolución.
José de la Vega, de 80 años, considera positivo que esa evolución vaya modificando los modos del baile flamenco, y ha recordado que el iniciador de esa ruptura entre el baile femenino y el masculino fue Vicente Escudero, quien en los años veinte, en una época en que “se consideraba que subir los brazos por encima de la barbilla no era masculino”, subió los brazos por encima de la cabeza. A su regreso en 1961 de su último viaje para actuar en Nueva York, Vicente Escudero vio bailar a De la Vega y le dijo, según recuerda éste, que “era una lástima que teniendo aquellos brazos tan majestuosos no los llevara arriba en las alegrías, y que estuviera todo el tiempo dándole gusto a los picos de la chaquetilla”.
Con esa expresión tan castiza el maestro Escudero reprochó a De la Vega la postura en la que permanecían los bailaores, agarrados a los picos inferiores de su propia chaquetilla, con tal de no elevar los brazos y mantener las manos con el menor movimiento.
Estilo reconocible
José de la Vega inauguró ayer en el Convento de Santa Clara una exposición que permanecerá abierta hasta el 30 de septiembre de 60 cuadros de Vicente Escudero, quien en los años veinte hizo amistad con Miró y Dalí, y conoció a Picasso, durante sus estancias en París, en las que se aficionó a pintar, lo que hizo hasta su último año de vida.
Esos 60 cuadros, todos del mismo formato y en un estilo reconocible, cuyos motivos son siempre flamencos, forman parte de la colección de 134 pinturas que conserva De la Vega, quien además ha cedido para esta muestra objetos personales de Vicente Escudero y documentos y libros del maestro.
Una bata de cola diseñada por Miró y 22 fotografías personales y recortes de prensa con críticas internacionales a actuaciones de Escudero, en Europa y América, forman también parte de esta colección que reúne casi un centenar de piezas y lleva el título de Líneas en libertad.
