El tiempo en: Valencia
Publicidad Ai
Publicidad Ai

Sevilla

Inocencia asesinada

El pasado jueves el presidente del Banco Central Europeo anunciaba la bajaba de los tipos de interés en la zona euro en una concurrida rueda de prensa, donde aprovechó para presentar el nuevo billete de cinco euros...

Publicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad Ai

El pasado jueves el presidente del Banco Central Europeo anunciaba la bajaba de los tipos de interés en la zona euro en una concurrida rueda de prensa, donde aprovechó para presentar el nuevo billete de cinco euros. Los asesores de imagen de Mario Draghi escogieron como co-protagonistas de la puesta de largo del billete a varios niños con camisetas con los colores de la bandera de la UE. A cada uno de ellos el presidente, con cara de tío Gilito bondadoso, les firmó su billetito de cinco euros, actuando como un Justin Bieber de la pecunia. Les entregó su particular aguinaldo con gesto de bondadosoabuelito que prepara a sus nietos para celebrar, como los mercados mandan, la Natividad de la competencia y la avaricia. Luego, todos posaron con su papelito autografiado en la mano junto al oráculo que rige la economía europea. Fotografías, risas, algún que otro aplauso y final del acto; focos apagados y vuelta a la dura realidad, donde las hadas de los cuentos yacen muertasmientras los buitres carroñeros les sacan las tripas.

​Los gurús de la comunicación del BCE no han descubierto nada nuevo. La utilización de la imagen de la inocencia por antonomasia, la niñez, para dulcificarvalores negativos y humanizar a personajes inhumanos es algo tan antiguo como este mundo. Desde los más crueles dictadores y genocidas fotografiados haciendo caricias a bebés o preguntando con impostado interés a niños sobre su marcha en la escuela, hasta las prácticas más egoístas y competitivas inventadas por el ser humano suavizadas por la presencia de algún menor de edad, son ejemplos de cómo el poder se vale de la infancia para disfrazarse de amabilidad frente a quienes oprime.
​

En las imágenes del jueves el protagonista no es Draghi, ni el banco, ni siquiera los niños. El verdadero eje de aquella escenografía es el dinero, representado en un rectángulo que el BCE dice que vale cinco euros. El billetito es el sol alrededor del cual todo gira en la fotografía, arrancando con su luz cegadora la sonrisa forzada del banquero y la sonrisa franca, por inocente, delos niños. Todo confluye en el papel, epicentro de una galaxia económica y financiera cuyas tensiones nos están llevando por delante.

Como en la Creación de Adán de la Sixtina, Draghi otorga la existencia a un niño mediante el todopoderosodinero, le da la capacidad de ser en el supuesto edén que todos llamamos “mercado”. Ese billete es el soplo para que ese pequeño pueda consumir, comprar, ahorrar, gastar, endeudarse, especular, arruinarse. Ahora sí ha entrado en el paraíso donde todo se compra y se vende, donde casi todos se dejan comprar y venden hasta su alma. Por eso es tan obscena la foto: el dinero se pavonea ante nuestras miradas y presume de poderlo todo, hasta deapoderarse de algo tan valioso y virginal, la infancia. Es cruel y malvada la imagen, el sistema se vale del engaño y se aprovecha de la bondad infantil para mancillarla. Y sobre todo, es triste, infinitamente triste, porque nos poneante nuestros ojos la ejecución de la inocencia y lavampirización de ese chico, que, a partir de ese instante, deja de ser niño para convertirse en un consumidor-comprador.

Quizás me tachen de exagerado, pero me indigna cualquier utilización de los niños como abrillantadores de los suelos sucios de la política, la economía, el deporte, los totalitarismos y las dictaduras, como alfombras bajo las que camuflar toda la porquería de los poderes dominantes. Un niño solo tiene un derecho, seguir siendo niño, y quien le destroce para siempre esa mirada limpia de la niñez comete la mayor atrocidad posible. Los asesores de imagen de Draghi colaboraron en esteinocencidio, pusieron en bandeja ante el dinero el cuello de la niñez para que lo mordiera e inoculara el virus del consumo salvaje e irracional.

Esa imagen debería llevar como pie de foto “La inocencia asesinada”. A Peter Pan lo asesinaron este jueves en la sede del BCE, el arma homicida fue un billete de cinco euros.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN