Los avances en edición genómica, con las herramientas CRISPR a la cabeza, se vislumbran como el futuro tratamiento de las mutaciones causantes de enfermedades genéticas que afectan a millones de personas en el mundo. Este será el hilo conductor de la conferencia que el Dr. Lluís Montoliu, investigador científico en el Centro Nacional de Biotecnología (CNB) del CSIC, pronunciará el próximo 21 de noviembre a las 20:00 h. en la Fundación Caja Rural del Sur, bajo el título de “La era de la edición genética con las herramientas CRISPR”, en el marco del Ciclo de Conferencias Retos de la Medicina de Fundación Ginemed.
Las siglas CRISPR, que en español significa “Repeticiones Palindrómicas Cortas Agrupadas y Regularmente Interespaciadas”, hacen referencia a una tecnología molecular que permite realizar cambios específicos en el genoma de cualquier célula sin alterarlo, de forma fácil, barata y altamente precisa, ofreciendo opciones de aplicación cada vez más amplias.
Esta tecnología nació en el año 1987, pero no se utilizó como herramienta programable de edición de cualquier cadena de ADN in vitro hasta 2012. El equipo de investigación que descubrió dichos hallazgos fue galardonado con el premio Princesa de Asturias en el año 2015 y el proyecto ha sido nominado al Premio Nobel en 2016 y 2017. Por su parte, el Dr. Lluís Montoliu, investigador científico en el Centro Nacional de Biotecnología (CNB) del CSIC, es pionero en la implantación y uso de la tecnología CRISPR de edición genética en nuestro país.
Uno de los grandes beneficios de esta herramienta es su aportación en el área de las enfermedades genéticas, que son producidas por una mutación en el ADN, que se torna en un trastorno genético, provocando una afección patológica. En este sentido, este hallazgo científico podría reducir los efectos que dichas enfermedades provocan en las personas que las padecen, e incluso curarlas, mejorando su calidad de vida y evitando que estas mutaciones se transmitan a la descendencia.
Asimismo, esta tecnología podría aplicarse en un futuro junto a otras técnicas como el Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP), para corregir las mutaciones genéticas en los embriones. Sin embargo, en nuestro país no se podrá aplicar esta técnica, ni si quiera cuando esté probada y se utilice con éxito en otros países, debido a la legislación vigente.
En este sentido, y a pesar de que estas herramientas han demostrado eficacia y seguridad en su aplicación, aún están iniciando su camino y, por ello, es importante seguir investigando y avanzando, pero con precaución, sobre todo en lo que respecta a las cuestiones éticas implicadas en dicho proceso.