Invertir no es sólo para unos pocos escogidos. De hecho, cada vez encontramos más ahorradores dispuestos a probar fortuna con los fondos de inversión, que hace tiempo que comenzaron a verse como una de las alternativas para quienes buscan formas de tratar de rentabilizar su dinero.
Antes de nada, debemos dejar claro que la gestión de fondos de inversión debe de realizarse por profesionales cualificados. Además, es fundamental no actuar con precipitación.
Las sociedades gestoras de instituciones de inversión colectiva se encargan de la gestión de los fondos de inversión. La gestora se responsabiliza de la toma de decisiones acerca de cómo, dónde, cuánto y cuándo invertir el capital de los distintos partícipes. En definitiva, gestiona los fondos de inversión según lo establecido en el folleto del fondo y según lo dispuesto en la normativa.
Pero no solo esto, pues es una sociedad anónima que representa a los fondos de inversión dado que éstos carecen de personalidad jurídica. Lo cierto es que cada vez encontramos más personas interesadas en esta fórmula. Así, sin ir más lejos, en España existen 900.000 personas que se han decantado por las carteras de inversión y la mayoría de ellas ha confiado en los fondos de inversión.
Dentro de estos últimos, parece que los fondos de inversión de renta fija tienen ahora mismo una mejor perspectiva. Hay que tener presente que las subidas de tipos de interés impulsadas por los bancos centrales (el Banco Central Europeo, la Fed, etc.) han provocado que los bonos tengan mayor rentabilidad, después de años con menores rendimientos.
En cualquier caso, como particulares debemos saber exactamente qué producto contratamos y, en consecuencia, sería recomendable tener en cuenta los siguientes consejos:
- Cada fondo de inversión aplica unas comisiones diferentes. Las principales comisiones de los fondos de inversión suelen ser las siguientes: de gestión, de custodia o depositaría, de suscripción, de reembolso, y de éxito.
- Leer con detenimiento el folleto del fondo de inversión, en el que se detalla el perfil de riesgo del fondo, la duración recomendada de la inversión, el período de comercialización, la operativa de las suscripciones, reembolsos y traspasos, la categoría del fondo o el objetivo de la gestión, entre otros datos.
- Hacer un seguimiento de la rentabilidad del fondo, prestando atención a la composición de la cartera del fondo. Solo así podremos saber si la política de inversión del fondo encaja con la estrategia y la diversificación deseada.
- Estar al tanto de la posibilidad de realizar reembolsos y traspasos. No hay que olvidar que toda inversión debe transformarse en liquidez una vez que el objetivo y el horizonte temporal (el tiempo que nos hemos marcado) se haya cumplido.
Pero es crucial que no demos el paso hacia una inversión si somos incapaces de asumir que los fondos de inversión pueden tener rentabilidades negativas y que rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras.