Más de 33 años “en la carretera” no han logrado frenar a Javier Ojeda que continúa incombustible su actividad musical, tanto en solitario como con su banda Danza Invisible de la que es voz y alma. Horas antes de partir para protagonizar un nuevo concierto, esta vez en Zaragoza, el cantante malagueño nos habla de su largo idilio con la música, de sus proyectos, de su compromiso social y, como no, de Torremolinos.
Aún reciente en la memoria de todos los torremolinenses el mágico y espectacular concierto que, tras 12 años de ausencia, protagonizó Danza Invisible en la Plaza de la Nogalera, Javier Ojeda vuelve a Torremolinos, esta vez en solitario, para participar en un Concierto Solidario contra el Cáncer que se celebrará el próximo 7 de noviembre en al Auditórium Municipal ‘Príncipe de Asturias’.
A pesar de ser un referente de la música pop rock nacional con casi 20 álbumes como vocalista de Danza Invisible, su cuarto trabajo como solista en camino y grandes éxitos que hemos cantado todos, Javier Ojeda es sencillo, sensible y muy humano, como lo demuestran las emotivas palabras en recuerdo de su padre, fallecido el pasado 29 de septiembre, del que dice que “era una persona muy especial y alegre, bromista, a la que le hubiese encantado saber que ahora estábamos hablando de él”.
¿Siempre supo que quería ser músico? He escuchado algo por ahí sobre que usted pensó dedicarse al periodismo…
–A mí la música me ha encantado desde siempre, pero no pensaba en ella como una profesión. Sí que pensé en el periodismo cuando acabé el COU, pero me faltó valor o ganas para irme a Madrid a estudiarlo, pues entonces en Málaga no había Facultad de Periodismo. Así que en su lugar empecé Filología Inglesa, pero no llegué a terminarlo pues se cruzó la música en mi camino y cuando empecé a ganar dinero con ella dejé los estudios.
Entonces ¿cuándo empieza profesionalmente con la música?
–Pues más o menos a los 17 años. Yo estaba estaba muy metido en los círculos musicales de Málaga, conocía a mucha gente, entre ellos a Ricardo Teixidó, que fui quién me propuso entrar en Danza Invisible.
¿Danza Invisible empezó sin usted?
–Si, Danza Invisible ya llevaba funcionando un tiempo y lo formaban Cris Navas (bajista), Manolo Rubio (guitarra) y Ricardo Texidó (vocalista y batería) Después entró Antonio Luis Gil, que fue el otro guitarrista. Cuando el grupo funcionaba como cuarteto, Ricardo, que era amigo de toda la vida, deseaba dedicarse de pleno a la batería y me ofreció ser el vocalista. Desde entonces la música ha sido mi vida. Y Danza Invisible, después de mi familia, lo más importante.
Entonces es que cantaba usted bien…
–Bah, no sé, cantaba…supongo que tenía algún talento y aptitudes, pero yo he aprendido a base de ensayos, de quedarme afónico, de escucharme y corregirme. Soy totalmente contrario a ciertas escuelas de voz, sobre todo a esas de programas televisivos, creo que ahí no se aprende nada y no se desarrolla la propia personalidad.
¿Cómo se mantiene una banda unida y activa durante la friolera de 33 años?
–Con una gran amistad y manteniendo un equilibrio que se va haciendo tácitamente. El único abandono fue el de Ricardo Teixidó en 1993 y con él ya no tenemos contacto. Bueno, seguimos teniendo una relación cordial. Hace poco por la muerte de mi padre me mandó un mensaje muy cariñoso, pero ya no compartimos el trabajo ni el día a día y no es lo mismo. Los demás hemos aprendido a tener nuestro espacio dentro del grupo y respetarlo y no invadirlo. Y a nivel de trabajo, pues por suerte siempre hemos sido bastante requeridos por nuestros directos, aunque el año pasado fue malo, el peor. Pero ya vuelve a remontar.
¿La crisis de la industria discográfica es un hecho?
–Claro que es un hecho. Además, la música ya estaba en crisis antes de la crisis económica. En España, no importan quién gobierne, la cultura nunca ha tenido el apoyo necesario y menos la música.
¿Hay solución para esto?
–Hacer una canción cuesta mucho trabajo y el músico debe estar remunerado como otra persona que realiza un trabajo. Hacer un disco cuesta mucho dinero y recuperarlo, hoy en día que la música se descarga gratis, es casi imposible, pero hay que adaptarte a los tiempos. En España a todo el mundo le gusta la música pero pocos quieren pagarla. Quizás haya que trabajar de manera particular la relación entre la discográfica y público, otra forma de ofrecer el producto.
Usted también ha hecho incursiones musicales en solitario, de hecho ya va por su cuarto disco…
–Sí, estoy terminando ‘Barrio de La Paz Actos 2 & 3’ que saldrá en breve y espero que tenga buena respuesta, porque es un disco innovador en el que trabajo con muchas voces y músicos colaboradores. Para mí, grabar en solitario obedece a la necesidad de hacer oír mi propia voz. Con la banda tienes un modo de trabajar en equipo, con los mismos sonidos y los mismos contenidos, y yo llegué a un momento que deseaba explorar otros formatos y otras formas de expresión. La respuesta a mis trabajos en solitario es más minoritaria, está claro, pero igualmente satisfactoria. Me vuelvo a sentir creativo, como en los inicios, así no me ataca la nostalgia.
¿Qué nos dice con este nuevo trabajo?
–‘Barrio de la Paz Actos 2 & 3’ es como una continuación de mi anterior disco ‘Barrio de la Paz Acto 1’ que son estampas de la vida cotidiana de un barrio, celebra la ternura y la alegría de vivir con muy poco dinero, como una forma de enfrentarse a los sentimientos fatalistas que nos están invadiendo. Luego el Acto 2 es un homenaje a los tiempos de mi adolescencia en Torremolinos, hedonistas, la vida en ese paraíso que era esta ciudad en los años 80. Y el Acto 3 es más crudo y pesimista pues trata de especuladores en la Costa, de desahucios…lo muestro un poco como el paraíso perdido.
Danza Invisible volvió a actuar el Torremolinos tras 12 años de veto, ¿se puede saber el motivo?
–Claro que se puede saber. Básicamente fue por estar en desacuerdo con al antiguo alcalde, alguien muy personalista. Fue por la época de la guerra de Irak y yo me posicioné muy claramente contra ella e hice unas declaraciones en las que aproveché para apoyar a Los Verdes de Torremolinos. Sé de buena tinta que me vetaron, en palabras literales, “porque este hombre (yo) se ha atrevido a presentarse contra mi”. Y desde entonces se frenaron todas las contrataciones para actuar en Torremolinos.
¿Qué significó ese regreso a los escenarios de Torremolinos?
–Fue increíble, fue un gran grito de liberación. Me encantó porque hubo una respuesta espontánea y no preparada ni calculada ni premeditada en la que todo el pueblo se sintió libre y capaz de decir lo que pensaba, incluyendo a gente del Partido Popular. No tuvo que ver nada con partidismos, parecía que todo el mundo sintiese que nos habíamos quitado una losa de encima y empezábamos a respirar. Porque estará de acuerdo en que de todos los pueblos de la Costa del Sol el más arruinado y decadente hasta la fecha es Torremolinos, teniendo las mejores condiciones, el aeropuerto y la capital cerca...
¿Cree que es posible que Torremolinos vuelva a ser lo que era?
–Creo que la Corporación nueva ha empezado de forma inmejorable, pero no creo que se vean resultados hasta dentro de un año y medio o dos. Además, tienen un trabajo enorme por delante, una labor durísima y van a tener que luchar contra muchos obstáculos. Pero bueno, ya es mucho poder decir en esta entrevista que yo apoyo a IU y saber que el nuevo alcalde no me va a vetar por ello y no voy a poder volver a trabajar en Torremolinos en otros cuatro años. Yo ahora mismo sólo tengo nuevas palabras para esta nueva Corporación, que seguro que en algún momento se equivocarán porque nadie es perfecto y tienen una labor de gigantes por delante, pero ahora los veo con unas ganas de trabajar y una ilusión contagiosas.
Javier Ojeda el 7 de noviembre vuelve a actuar en Torremolinos.
–¿Se refiere al acto benéfico en el Auditórium Municipal’Príncipe de Asturias’? Sí, pero ahí no hago una actuación completa, hago de colaborador junto a otros músicos e intérpretes en un concierto solidario contra el cáncer. Yo cantaré cuatro o cinco canciones, claro, y otras que hemos ensayados precisamente para este concierto. Va a ser muy emotivo. Y todos partipamos desinteresadamente porque la causa lo requiere. Esperemos que la gente se sume también a esta iniciativa, lo disfrutarán y además su aportación será destinada a una causa que nos afecta, directa o indirectamente, a todos.
Por último, se imagina siendo un “abuelo” del escenario tipo Micke Jagger o Bruce Springsteen o tiene una fecha para abandonar?.
–No tengo fecha para dejar la música, de un modo u otro creo que siempre estaré relacionado con ella. Y no me importaría para nada ser un “abuelo” del escenario, me gustaría. Lo que está claro es que cuando mis facultades vocales me fallen y no pueda dar todo de mi será cuando lo deje, pero no antes.
Torremolinos
“Grabar en solitario obedece a la necesidad de hacer oír mi propia voz”
Más de 33 años “en la carretera” no han logrado frenar a Javier Ojeda que continúa incombustible su actividad musical, tanto en solitario como con su banda Danza Invisible.
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