Fue una gran final, con cuatro horas y 23 minutos, y una de las más emotivas. Todavía se recuerdan las lágrimas del suizo Roger Federer en la entrega de premios, su frase más íntima, “es demasiado para mí”, y el abrazo de Nadal para consolar a quien siempre ha considerado el más grande de este deporte.
Nadal debuta hoy en el torneo ante el jugador local Peter Luczak.