Han pasado cuatro décadas desde que este músico nacido en Dehesas, en el bierzo leonés, hace 59 años llegase a París con su macuto al hombro y acompañado únicamente de una guitarra que había ganado meses antes en un festival.
“Me encontré con una ciudad tan abierta y tan libre, comparada con la España que había dejado detrás...”, recuerda el artista, poco antes de recoger el galardón de la Sociedad de Autores, Creadores y Editores de Música que le reconoce su adaptación al español de la obra de Ferré.
Esa adaptación le ha valido para que Mathieu, el hijo del cantante francés, se fundiese con Prada en un abrazo al término de la presentación de Vida de Artista.