Los tres acusados de matar a tiros a dos personas y herir a otra el día de Todos los Santos de 2021 en el cementerio de Torrent (Valencia) han negado los hechos ante el tribunal popular que les juzga y han asegurado que no estuvieron en el lugar.
Los procesados son un matrimonio y su hijo, autor material de los disparos, y todos ellos se encuentran en prisión preventiva desde el 3 de marzo de 2022.
Los hechos se produjeron, según consta en la calificación del fiscal, a la que ha tenido acceso EFE, alrededor de las 10:00 h del 1 de noviembre de 2021, cuando los procesados acudieron al cementerio y coincidieron con varios miembros de una familia con la que se encontraban enemistados y con quienes se produjo una pelea.
La acusada (la madre) llevaba oculta en sus ropas una pistola y en un momento de la discusión su marido la cogió para disparar, pero se le cayó al suelo.
La madre la recogió y "con la finalidad de que la utilizase para disparar a los miembros de la otra familia", se la entregó a su hijo, que hirió en un muslo a un miembro de la familiar rival, alcanzó en el corazón a otro, que murió, y en el abdomen a otro hombre que había acudido a llevar flores a la tumba de su mujer y que también falleció.
Por estos hechos, el fiscal pide una condena de 51,5 años de prisión para el autor de los disparos como responsable de dos delitos de asesinato consumado (19 años por cada uno) y otro en grado de tentativa (12 años), más un año y medio por tenencia ilícita de armas.
A los padres el fiscal les considera autores de los mismos delitos y les reclama 45,5 años de prisión (17 por cada asesinato, 10 por el intento y la misma pena por tenencia ilícita de armas).
Los procesados, sin embargo, han negado los hechos y han declarado que no estaban en el cementerio de Torrent aquella mañana. Los padres porque habían ido a llevar flores a otro camposanto de València y el hijo, supuesto autor de los disparos, porque estaba en Aranjuez con otros familiares.
Los dos letrados responsables de sus defensas -uno representa a los padres y otro al hijo- han coincidido en advertir la ausencia de testigos directos de lo sucedido y posibles contradicciones.
El primero en declarar ha sido el padre, quien ha explicado que en 2016 fue víctima de varios disparos por parte de miembros del clan rival, pero ha señalado que "no había habido ninguna discusión desde entonces". Igualmente, ha explicado que uno de sus cuatro hijos varones -cuya tumba se encuentra donde sucedieron los hechos- falleció en un enfrentamiento con personas que no fueron identificadas.
Preguntado por el fiscal, ha explicado que decidió huir de Torrent con su mujer porque sus vecinos le advirtieron que venían a matarle -por considerarle responsable del tiroteo mortal en el cementerio-, si bien ha negado haber estado "escondido" en Puertollano, donde fue localizado por la Policía cuatro meses después de los hechos.
Su esposa y madre del supuesto autor de los disparos mortales ha ofrecido un testimonio muy similar al de su marido, y ha explicado que de sus cuatro hijos varones, dos están en prisión, uno fallecido y el cuarto, el acusado, estaba en busca y captura.
Preguntada por el fiscal, ha afirmado no saber por qué se halló sangre suya en el escenario de los disparos. "Fui al cementerio el día antes, no sé si me pude cortar con algo, no me di cuenta", ha asegurado.
El supuesto autor de los disparos ha negado cualquier problema con la familia de uno de los fallecidos en este altercado y ha insistido en que "estaba en Toledo desde el 23 de octubre, después en Aranjuez".
Ha negado también que hablase por teléfono con uno de sus hermanos presos -al parecer se trata de llamadas intervenidas cuyas grabaciones se han incorporado a la causa- y que ambos tratasen posibles estrategias para eludir la responsabilidad, entre ellas que el arma fuese del clan rival y que actuase en defensa propia.