El Villarreal, que fue goleado este domingo por el Real Madrid (4-1), ha recibido ya 33 goles en lo que llevamos de temporada, lo que convierte la actual en la peor primera vuelta defensiva de su historia pese a que todavía restan dos jornadas por disputar.
El conjunto villarrealense ha recibido una media de casi dos goles por partido (1,94) y ni siquiera la llegada del técnico Marcelino, que se ha caracterizado por dirigir equipos sólidos atrás, ha conseguido frenar la sangría.
De hecho, desde que el asturiano se hizo cargo del equipo, a finales del mes de noviembre, ha disputado cuatro partidos de Liga en los que ha recibido 9 goles lo que supone una media de 2,25 tantos por partido. Se impuso al Osasuna (3-1), firmó tablas con el Sevilla (1-1) y sucumbió ante la Real Sociedad (0-3) y el Real Madrid (4-1).
El registro global de la primera vuelta ya ha superado los peores números a mitad de temporada, que eran los 30 tantos recibidos en la temporada 2007-2008 o los 28 de la 2011-2012, una campaña en la que acabó por perder la categoría.
Además, en dicha temporada firmó su peor balance anotador ya que acabó el primer tramo de competición con una diferencia anotadora de diez goles más recibidos, 28, que realizados, 18, el mismo registro que presenta en la actualidad ya que acumula 23 a favor y 33 en contra.
La actual primera vuelta puede ser no solo la peor en goles recibidos sino también en balance de puntos, puesto que acumula 16 y necesita sumar al menos uno ante el Celta y el Valencia para igualar los 17 de la primera vuelta de la campaña 2018-19, la peor hasta ahora, y dos para mejorarlos.
Entonces ocupaba la penúltima posición del campeonato cuando acabó esa primera fase pero consiguió enderezar el rumbo en la segunda vuelta y acabó la temporada en decimocuarta posición con 44 puntos.