Los guardias civiles que detuvieron al hombre que mató a su hijo de 11 años en Sueca (Valencia) se sorprendieron de que el menor estuviese en contacto con su padre porque tenían constancia de la existencia de una orden de alejamiento respecto de la madre.
Así lo han relatado los agentes en la segunda sesión del juicio con jurado por estos hechos que comenzó este martes en la Audiencia Provincial de Valencia.
El 11 de agosto de 2021 un juzgado de Sueca había impuesto al acusado, entre otras penas, la prohibición de acercarse a menos de 200 metros de su mujer, su domicilio y cualquier lugar frecuentado por ella, así como de comunicarse con ella durante ocho meses.
El menor asesinado cumplió 11 años el 1 de abril de 2022 y el padre pidió a la madre comer con su hijo el domingo 3 de abril.
Una vez los dos solos en el domicilio del acusado, el padre cogió dos cuchillos de la cocina y acabó con la vida de su hijo, tal y como admitió el procesado en la primera sesión.
Los guardias civiles que primero acudieron a esta vivienda han explicado este miércoles en el juicio que cuando llegaron estaba la madre y la abuela del menor en la puerta -el niño había mandado un mensaje a su madre para que le recogiese poco antes de morir-, que al llamar el procesado abrió unos centímetros la puerta, que le vieron salpicaduras de sangre en las gafas y que empujaron para acceder al domicilio.
Han explicado que el padre, que estaba aturdido y no les respondía correctamente, se resistió inicialmente a la detención, pero que lograron reducirle y que en el cacheo le encontraron un cuchillo en un bolsillo.
En esta segunda sesión también han testificado dos amigas de la madre del menor asesinado, una prima y una compañera de trabajo, que han coincidido en destacar el carácter controlador del procesado y el continuo maltrato al que sometía a su pareja.
Una de ellas, la compañera de trabajo, ha relatado que incluso se ofreció a acompañar a la madre para que denunciase a la Guardia Civil lo que sucedía, o a ir ella sola, pero que la afectada se negaba porque su hijo tenía buena relación con el padre.
La prima ha relatado un episodio de zarandeos e insultos por parte del procesado hacia la madre del que fue testigo, si bien el resto de comparecientes ha admitido que nunca vieron a la madre herida o con restos visibles de agresiones, ni tampoco al procesado con signos de embriaguez.
"La sometía a menosprecios continuos, la trataba como una inútil, hasta el punto de que perdió la confianza en ella misma por su culpa", ha explicado una de las testigos.
Otra se ha mostrado convencida de que el acusado llegaba incluso a controlar los chats de su pareja y responder por ella a los mensajes de un grupo de amigas, haciéndose pasar por su entonces esposa.