La mayor pena posible que puede imponer el Código Penal. Eso es lo que le ha caído de condena a José Antonio, el hombre que mató a cuchilladas a su hijo en Sueca, Valencia, con el único objetivo de hacer el mayor daño posible a su expareja, la madre del niño.
Según informa el diario Levante-EMV, el jurado popular que juzgaba a José Antonio no dudó a la hora de considerarlo culpable y la Audiencia Provincial de Valencia le ha condenado a prisión permanente revisable.
La sentencia, siempre según el citado medio, considera al parricida de Sueca autor de un delito hiperagravado, con alevosía y ensañamiento sobre una persona menor de 16 años junto con el agravante de parentesco y de discriminación de género.
Asimismo, establece la prohibición de comunicarse y acercarse a menos de dos kilómetros de su exesposa, en cualquier lugar donde ésta se encuentre, por tiempo superior en 10 años al de la duración de la pena de prisión, así como de residir o acudir a la localidad de Cullera por el mismo tiempo.
Como autor de un delito de maltrato psíquico y físico habitual a su exesposa, se le impone una la pena de dos años y cuatro meses de prisión, a la que se suman otros dos años como autor de un delito de amenazas no condicionales; 10 meses como autor de un delito de maltrato físico, y otros 10 meses como autor de un delito continuado de quebrantamiento de condena.
Se le condena, además, a indemnizar a su exesposa con 500.000 euros por los daños morales causados por la muerte de su hijo, a los que se suman otros 450 euros por los daños morales causados por maltrato físico y amenazas.
