Hay momentos en la vida en los que uno debe enfrentarse a lo que es. No suelen ser situaciones fáciles, así te llames James Gunn o Clark Kent, pero la encrucijada, si se acomete con determinación, valentía y honestidad, suele encerrar una oportunidad. Mirar hacia dentro no es tan fácil como hacerlo hacia afuera, aunque poseas visión de rayos X. Desentrañar qué elementos conforman nuestra identidad es un ejercicio de introspección que a veces nos aflige porque nos puede llevar a dudar de nosotros mismos, pero también supone una prueba de la que podemos salir aún mejores. Algo así debió pensar James Gunn cuando, tras casi haber perdido su carrera por una campaña de desprestigio infame, recibió la titánica tarea de remodelar por completo el Universo Cinematográfico de los superhéroes de DC. Su decisión, lejos aún de poder ser calificada como exitosa, sí puede valorarse como audaz: traer de vuelta al superhéroe por antonomasia, Superman, en una película que pretende devolver al héroe su condición más humana; la de un hombre que debe redefinirse a sí mismo.
La decisión de despojar a Superman de grandes momentos de épica, responde a la necesidad de sacar a relucir sus mayores virtudes
Lejos de intentar emular un “Big Bang” cinematográfico, James Gunn da inicio a su universo in medias res, bastándose de unos simples rótulos para poner en contexto al espectador. Un gesto que demuestra una vez más la confianza que el director tiene en la capacidad del público para comprender las narrativas sin necesidad de saturarlas con información y explicaciones de más. Y lo cierto es que su universo respira. A pesar de que comenzar la película pueda sentirse como subirse a una atracción en mitad de un viaje vertiginoso, el mundo que ha creado Gunn para su Superman en seguida se percibe vibrante, rico en colorido, poblado de personajes fascinantes y con infinitas posibilidades futuras. Como si a nuestra realidad le hubiesen puesto unas grapas, desde sus márgenes creciesen viñetas y el delineado distorsionara con cierta intención paródica nuestra actualidad política y social, desprovista de cinismo, pero cargada de cierto posicionamiento crítico. Superman, de James Gunn, viene a recordar al resto de superhéroes que la ficción no puede estar eternamente desligada de la realidad. Al menos no ahora, cuando más se les necesita.
Al Superman de David Corenswet le bastan un par de escenas para rememorar el aura fantástica que envolvía al personaje interpretado por Christopher Reeve. Créanme que no es una llamada a la nostalgia, sino una decisión moral. Su personaje, en eterna dualidad entre el alienígena superpoderoso y el chico granjero de Kansas, sufre en la película una crisis de identidad. Marcado por su primera derrota en combate y amenazado por la sombra omnipresente de Lex Luthor (Nicholas Hoult), las dudas sobre las consecuencias políticas de su optimismo exacerbado e inocente y una dolorosa revelación sobre su legado harán mella en su piel de acero. Buscará cobijo en los brazos de Lois Lane (Rachel Brosnahan) y en la no tan solitaria Fortaleza de la Soledad, en la que lo espera Krypto, su fiel y desobediente superperro.
La decisión de despojar a Superman de grandes momentos de épica, responde a la necesidad de sacar a relucir sus mayores virtudes, que no son otras que aquellas que definen nuestra humanidad: empatía, esperanza, afecto, valentía…una apuesta que colisiona, rebelde, contra toda la vileza que día tras día tiñe de pesimismo nuestro presente. Dejarse llevar por la corriente de un mundo regido por la desconfianza y el odio no debería ser la opción fácil, pero así es. La opción difícil es ver la belleza del mundo. Verla reflejada en los demás. Verla en uno mismo, en nuestras decisiones y en nuestros actos. Contra la egolatría paleta de Donald Trump, la megalomanía hiperfascista de Elon Musk o el genocidio impune del estado de Israel; ser buena persona debe ser el nuevo “Punk Rock”. Superman ha venido para recordárnoslo.
Pueden disfrutar de Superman (James Gunn, 2025) en las salas de los cines Artesiete Bahía Platinum, en las que sentirán, como si fuera la primera vez, la maravillosa sensación de ver a un hombre capaz de volar.
El Último McGuffin
Superman (2025)
Crítica de cine de Jesús González, de El Último McGuffin, de El Puerto

- James Gunn, director de Superman -
- EP

- Jesús González Sánchez
- El Último McGuffin
Publicado: 18/07/2025 ·
09:19
Actualizado: 18/07/2025 · 09:19
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