Los deslizamientos de tierra y las fuertes lluvias ocurridos en el sur de Brasil han dejado ya 65 muertos y unas 52.000 personas damnificadas. Varias ciudades han quedado aisladas sin tener suministro eléctrico ni agua potable.
El estado de Santa Catarina (sur de Brasil) ha vivido en los últimos días una situación bastante crítica por las inundaciones, que han afectado a miles de familias, la mayoría de ellas inmigrantes alemanes e italianos.
Ocho zonas de Santa Catarina se encuentran totalmente aisladas, según informó la Agencia Civil de Defensa, lo que impide a sus habitantes acceder a los medicamentos, alimentos y otros suministros básicos que han estado enviando el Gobierno y los países vecinos.
“Colchones, mantas, alimentos; éstas son las principales necesidades, tenemos que cuidar de nuestros damnificados”, dijo el alcalde de Blumenau, Joao Paulo Kleinubing, quien alertó de que “aún hay riesgo de deslizamientos de tierra si llueve de nuevo.
Por ello, las autoridades están pidiendo a quienes están en zonas de riesgo que abandonen sus casas y busquen refugio”, añadió.
Un total de 13 personas murieron enterradas por un alud de lodo en la localidad de Blumenau. Otras 15 personas fallecieron por los deslizamientos de tierra en la ciudad de Ilhota. Defensa Civil indicó que se han distribuido unos 55.000 litros de agua potable, pero destacó que se requieren más suministros para poder abastecer a los afectados.
