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Jueves 14/11/2024
 
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CinemaScope

Cuando improvisar sale bien en el cine

Desde “Here’s looking at you, kid”, de “Casablanca” a “I’m the King of the world”, de “Titanic”. Frases célebres del cine fruto de la improvisación

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A veces es posible reconocer una película por una sola frase, por una línea icónica que permanece en el imaginario del espectador y que trasciende la sala de cine. Por norma general se cuida el guion y se pule antes de gritar ¡acción!, aunque luego pueda sufrir cambios pero, a veces, esa frase que pasa a la historia ni siquiera estaba escrita. Estas son algunas de las citas famosas que fueron fruto de la improvisación.

Uno de los guiones que sufrió varios cambios durante el rodaje fue el de “Casablanca”, el mítico filme de Michael Curtiz. En esta cinta hay varias frases memorables, como “We’ll always have Paris” (siempre nos quedará París); “I think this is the beginning of a beautiful friendship” (creo que este el comienzo de una bonita amistad); o “Play it, Sam” (tócala, Sam).

Otra de ellas, “Here’s looking at you, kid” (algo así como: “te estamos viendo, chico”), fue obra de Hunphrey Bogart. Esta línea, que varía dependiendo de las traducciones, era algo que Bogart decía a Ingrid Bergman cuando jugaban al póker, entre escena y escena, según publicó la BBC. Así que, llegado el momento, el actor la coló en su diálogo con la cámara rodando y pasó a formar parte del montaje final.

“BLADE RUNNER”.

El replicante Roy Batty salva al cazador de recompensas Rick Deckard impidiendo que caiga al vacío. Cuando Deckard ya está a salvo, el replicante, con un cartel de neón de la firma japonesa TDK detrás y bajo la lluvia, comienza a contarle que ha visto cosas que no creería.

 “Blade Runner”, dirigida por Ridley Scott en 1982 y a la que pertenece esta escena, se convirtió en una película de culto y el monólogo de Batty, interpretado por Rutger Hauer, es recordado por fans y amantes del género.

En un determinado momento, el personaje dice “All those moments will be lost in time, like tears in the rain” (todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia). La frase no estaba en el guion original, pero tampoco fue fruto de la improvisación. Hauer modificó el discurso la noche antes de rodarlo.

“Mantuve dos líneas, porque pensé que eran poéticas. Pensé que pertenecían a este personaje, porque en algún lugar de su cabeza digital tiene poesía y sabe lo que es. ¡Lo siente!”. Y mientras se le acaban las pilas, se le ocurren las dos líneas”, dijo el actor, fallecido en julio de 2019, a Radio Times, sobre las primeras frases.

Para el cierre, esperaba encontrar una frase en la que el personaje, a sabiendas de que le queda poco tiempo, “expresase un poco del ADN de la vida que ha sentido”. “Todo lo que hice fue escribir una línea. Edité y se me ocurrió una línea. Ese es el poeta que hay en mí, mi poeta. Me pertenece”, añadió.

LOS PERMISOS DE KUBRICK.

La cara de Jack Nicholson asomando por un agujero que acaba de abrir a hachazos en una puerta es una de las escenas más reconocibles de “The Shining” (1980), la adaptación cinematográfica del libro Stephen King, a cargo de Stanley Kubrick. En esa escena, Nicholson dice “Heeeeeeere’s Johnny!” (aquí está Johnny).

En una de las tomas, Nicholson decidió utilizar esta frase que era la que usaba el presentador estadounidense Johnny Carson para saludar a su audiencia cuando salía en antena en “The Tonight Show Starring Johnny Carson”.

Kubrick también permitió a Peter Sellers improvisar en la comedia “Dr. Strangelove or: How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb” (1964). Una de las frases más reconocidas de la cinta fue, de hecho, producto de la libertad interpretativa del actor. “Mein Fürhrer! I can walk” (Mein Fürher, puedo andar) no aparecía en el guion original. El director dijo al respecto que tenía seis cámaras apuntando a Sellers, que entró en escena y que nadie sabía qué iba a hacer, incluido el propio actor.

“JAWS”.

A mediados de la pasada década de los años setenta llegó a los cines una de las películas más famosas de Steven Spielberg: “Jaws”. En ella se contaba la lucha entre un pequeño pueblo y el tiburón que lo aterrorizaba.

Después de que el sheriff, al que da vida Roy Scheider, se encuentra cara a cara con el escualo le dice al cazador de tiburones que está con él: “you’re going to need a bigger boat” (vas a necesitar un barco más grande).

Carl Gottlieb, uno de los guionistas, contó a The Hollywood Reporter que se trataba de una broma interna que circulaba por el rodaje sobre un remolcador, que daba apoyo a la embarcación que transportaba el material, y que era demasiado pequeño.

“Zanuck y Brown eran productores muy tacaños, así que todo el mundo les decía: ‘Vas a necesitar un barco más grande’”, dijo.

Scheider intentó colocar la frase en diversos momentos de la película, pero solo una pasó el corte. “Fue tan apropiado y tan real y llegó en el momento adecuado, gracias a la edición de Verna Field”, añadió Gottlieb.

“TAXI DRIVER”.

Un jovencísimo Robert De Niro, frente a un espejo,  sale en escena diciendo: “You talking to me?” en “Taxi Driver” (1976) y encarna una de las escenas más memorables de la filmografía de Martin Scorsese.

“No había diálogo, creo, en la escena. Y recuerdo decir ‘¿puedes decirte algo a ti mismo? En el espejo”, recordó el director a Today hace cinco años. “Era la última semana de rodaje… fue muy difícil y dijimos, ‘ok, solo vamos a grabar esta escena’”, añadió.

Cerraron la puerta y dejaron al otro lado a miembros del equipo para que De Niro improvisara. “Seguía diciendo, ‘¿me estás hablado a mí?’. El seguía repitiéndolo, seguía repitiéndolo…”, continuó Scorsese. Al otro lado de la puerta, el asistente les decía que tenían que salir. “Y yo dije, ‘no, esto es bueno, esto es bueno. Dame otro minuto. Fue como un riff de jazz. Como un solo”.

TITANIC”.

En 1997, la película de James Cameron “Titanic” batió records en taquilla. En una escena, Leonardio DiCaprio, subido a la barandilla de la proa del barco, grita “I’m the King of the world” (soy el rey del mundo).

Pero esta frase tampoco estaba en el guion original. En este caso no fue fruto de la imaginación del actor, sino del propio director. A Cameron se le ocurrió allí mismo y, aunque a DiCaprio pareció no convencerle, finalmente la dijo y se convirtió en una de las más icónicas de la película.

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