—¿Cómo recibe el nombramiento como pregonero de la Navidad en Arcos?
—Recibo la noticia a través de mi amigo y maestro Antonio Murciano, que me compromete y yo acepto encantado, viniendo de quien viene y tratándose de un pregón con tanta solera como es el pregón de la Navidad de Arcos.
—Un experto en oraciones poéticas y pregones como usted, ¿qué mensaje trasladará a los arcenses esta Navidad?
—Creo que la Navidad se canta de una manera muy sencilla, es cantar el mensaje de Dios vivo que nace para todos nosotros en un humilde portal, y la enseñanza que de ello se deriva. A partir de ahí todo lo demás, rodeando ese misterio del portal de Belén que es lo esencial y sin lo cual no tendría sentido nada de lo que rodea la Navidad.
—¿Está todo inventado en la oratoria del pregón, se puede sorprender?
—Se intenta. A veces surgen ideas y cuestiones que ves que pueden entrar en un pregón, que pueden resultar. En ese sentido, poco a poco y en lo que a Navidad se refiere, estoy intentando introducir algunos elementos musicales, acompañamiento de guitarra, detalles que de alguna manera contribuyen a hacer evolucionar lo que es el pregón como género o como pieza literaria y oratoria.
—Porque además varía en función del acontecimiento que se exalta, ya sea Navidad, Semana Santa...
—Naturalmente. La Navidad se presta a una efusión más grande de sentimientos y de vivencias...
—El pregonero procede de Jerez, donde precisamente existen muchas similitudes con Arcos en la forma de vivir la Navidad, por la tradición de las zambombas, el belenismo...
—Hay grandes puntos de conexión en el villancico, en las zambombas, en las tradiciones, y por tanto eso ayuda bastante a sintonizar con los sentimientos del público y de las personas que vayan a escuchar el pregón.
—En ese sentido, ¿cuál ha sido su conexión con Arcos para este pregón?
—Los villancicos que provienen de la tradición arcense, que se adaptaron en Jerez a través de la tradición oral y se transformaron algunas letras, y a partir de ahí la sabia dirección, el magisterio y la guía de las personas que en Arcos entienden mucho de Navidad, me han ayudado bastante.
—Habla mucho de la tradición, ¿considera importante mantener esas costumbres, sobre todo en fiestas como la Navidad, cada vez más invadida por el consumismo?
—Indudablemente creo que es importante, y más en estos tiempos que corren, mantener vivo el verdadero espíritu de la Navidad, que no es otro que la celebración del misterio de Dios que nace en el portal de Belén; ese misterio y ese hecho histórico que cambia absolutamente la vida y el mundo para bien. Aunque algunos piensen lo contrario, no sería el mundo igual sin ese nacimiento de Cristo, la historia se transforma totalmente con ese acontecimiento único e irrepetible. Por tanto, yo creo que esa entraña es la que domina y determina todas las celebraciones navideñas. Sin eso, la Navidad puede convertirse en un sucedáneo, en algo que no tiene sustancia y no tendría sentido.
—Y usted, ¿cómo vive estas fiestas tan entrañables?
—Yo la vivo de manera tranquila, sin grandes sobresaltos. Procuro vivirla en familia, con los amigos, reservando más tiempo para las celebraciones y acontecimientos típicamente navideños, como ir a ver belenes, leer cosas relacionadas con la Navidad, y dedicarme un poco a pensar y reflexionar sobre ella.
—Ya por último, un mensaje para invitar a los arcenses a acercarse por la parroquia de San Pedro el próximo viernes, a partir de las nueve de la noche...
—Me resulta especialmente comprometido invitar a los arcenses a que vengan a escucharme, me parece un poco presuntuoso. Simplemente decir que vengo a Arcos con mucho cariño e ilusión, que voy a tener un presentador de lujo como es Antonio Murciano, que va a ser de esas veces en que un maestro consagrado presenta a una persona que no tiene prácticamente significación literaria, por lo que le estoy muy agradecido, y procuraré estar a la altura de las circunstancias.
