Esta vez, al contrario de lo que sucedió el pasado 16 de abril con el último borrador de sentencia presentado por la progresista Elisa Pérez Vera, ni siquiera ha sido necesario votar el texto redactado por el conservador Guillermo Jiménez, vicepresidente del tribunal, que asumió la ponencia tras la renuncia de su compañera.
Según han informado fuentes del tribunal, han bastado las intervenciones de los magistrados en el pleno para que Jiménez asumiera que su borrador –que era el sexto–, más restrictivo con el Estatut que los de Pérez Vera, tampoco tenía los apoyos necesarios para convertirse en la sentencia definitiva, lo que le ha llevado a retirar el texto y renunciar también él a la ponencia.
Ha sido entonces cuando Casas ha decidido asumir la misión de tratar de desbloquear el debate en el seno del Constitucional.
El resultado del pleno celebrado ayer era el previsible después de que hace poco más de un mes los magistrados rechazaran por seis votos a cuatro el quinto borrador de sentencia, que ya anulaba una quincena de artículos de la norma estatutaria y condicionaba la constitucionalidad de una veintena más a la interpretación que se les diera en las leyes que deben desarrollar el Estatuto catalán.