Quien fuera secretaria del grupo municipal del PP de València durante los gobiernos de Rita Barberá, Mari Carmen García Fuster, ha asegurado ante el juez que era habitual que particulares le llevasen sobres con diferentes donaciones, y que en una ocasión, en octubre de 2010, una mujer le llevó 100.000 euros.
García Fuster, quien este lunes en el juicio por la pieza del caso Imelsa sobre la supuesta caja B del PP de València para pagar dos campañas electorales ha admitido también que el partido manejaba dos cuentas bancarias.
Una era con las subvenciones recibidas desde el Consistorio y otra donde los concejales y asesores ingresaban el conocido en el argot interno como "impuesto revolucionario", unos 60 euros mensuales, que nutrían posteriormente las cuentas del PP provincial.
"Los gerentes del partido han negado conocer esas cuentas pero es falso. ¡Si me llamaban para pedirme ingresos! ¿Cómo no iban a conocer esa cuenta? -ha exclamado en su declaración-. Parte de esos fondos nos los quedábamos para hacer frente a las elecciones, pero el montante principal iba al PP provincial. Luego les enviábamos facturas y no querían saber nada".
Este lunes se ha celebrado en la Sección Segunda la octava sesión del juicio de la pieza A del caso Imelsa, sobre la supuesta 'caja b' del PP de València para pagar las campañas electorales de 2007 y 2011, en el que constan como acusados el exvicealcalde Alfonso Grau, Mari Carmen García Fuster y los responsables de dos fundaciones municipales, Juan Eduardo Santón y José Salinas.
El letrado de García Fuster y cuñado de la difunta Rita Barberá, José Corbín, ha calificado esa aportación de 100.000 euros como "donación estrella" y ha preguntado a su clienta si podía revelar el nombre de la mujer que la entregó, a lo que García Fuster ha respondido que "fue Conchita García Lliberós".
"La gente tenía miedo, en el Gobierno nacional estaba ya Zapatero", ha agregado la exsecretaria del PP local para justificar esas donaciones, aunque no ha sabido determinar el motivo por el que no se canalizaban a través del partido, sino del grupo municipal. "Quizá es porque estábamos más céntricos", ha apuntado.
Preguntada por la figura del "recaudador" del PP, una figura que ella mismo introdujo en su declaración en la fase de instrucción, aunque sin ponerle nombre y apellidos, este lunes ha asegurado que "fue un invento" para "proteger a todos esos donantes anónimos". "Si empiezo a dar nombres, se les hubiese investigado a todos y hubiese sido tremendamente injusto", ha justificado.
Esas donaciones las guardaba ella misma en una caja de caudales en su despacho del partido y las iba ingresando en las cuentas del partido "de forma prudente".
Sobre el origen del dinero en efectivo que recibía el partido, García Fuster ha indicado que está segura de que tenía un origen "lícito": "No lo sé -ha apuntado-, pero supongo que el dinero se aportaba en reuniones de amigos".
Preguntada por el pago de una factura a una de las empresas proveedoras de mercadotecnia para la campaña electoral, ha admitido que pagó en efectivo, pero "fue porque el dueño había cerrado ya la empresa" y se "lo pidió así. Puede decir misa, pero fue así".
La declaración de Alfonso Grau
Este lunes ha declarado también el que fuera vicealcalde y 'mano derecha' de Rita Barberá durante varios mandatos, Alfonso Grau, quien ha negado cualquier tipo de responsabilidad en los contratos suscritos con dos empresas de comunicación (Laterne y Trasgos) en las campañas de 2007 y 2011.
"Yo no encargué nada, sólo transmití los acuerdos del comité de campaña. Laterne ya había llevado la campaña de 2003. Me dijeron que acudiese a los mismos", según Grau.
A preguntas del fiscal, el exvicealcalde ha señalado que él desconocía tanto que el PP local tuviese una asignación concreta de fondos para cada campaña como el origen de los fondos con los que el PP de València abonaba sus gastos electorales.