El partido del primer ministro Victor Ponta, la Unión Social Liberal, es favorito claro en los comicios legislativos que han comenzado este domingo en Rumanía, y cuyo resultado no terminará de despejar la incertidumbre política en el país, inmerso en una complicada negociación con el FMI y repleto de ciudadanos descontentos con la corrupción de la clase política.
El presidente Traian Basescu, rival político de Ponta, tiene la capacidad de usar sus poderes para solicitar a uno de sus propios aliados que intente formar un Gobierno, independientemente del resultado que obtenga la USL. La semana pasada, Basescu se declaró arrepentido de haber nominado a Ponta como primer ministro y amenazó con nombrar a un nuevo primer ministro que represente mejor, a su juicio, los intereses del país.
En estas circunstancias, los mercados esperan el resultado de las nuevas negociaciones con el FMI, cuyo acuerdo actual con Rumanía expira a principios del año próximo. La moneda nacional rumana, el leu, alcanzó un mínimo histórico el pasado verano mientras Ponta intentaba expulsar a Basescu del poder empleando maniobras políticas que, a juicio de la UE y Estados Unidos, violan el estado de Derecho.
La USL cuenta con la protección de las encuestas. Tres sondeos conceden al partido del primer ministro al menos un 57 de los votos, la mayor parte de los cuales proceden del desencanto popular contra las medidas de austerirdad impuestas por el presidente Basescu.
"La clase política de Rumanía es horrible", declaró el pensionista Anton Popescu, quien vive con una pensión de 900 lei --unos 180 euros-- mensuales. "No tengo ninguna esperanza de que lleguen tiempos mejores tras los comicios. Simplemente espero que no sean peores de lo que ya son".