El Tribunal Supremo (TS) ha confirmado la condena a cinco años de cárcel a un hombre que abusó sexualmente de su prima mientras estaba en estado inconsciente debido a las pastillas que le fue dando mientras ambos consumían alcohol durante una fiesta.
El Alto Tribunal acuerda que no ha lugar la admisión del recurso de casación interpuesto por defensa del acusado contra el fallo de la Audiencia Provincial de Almería que le consideró autor de un delito de abuso sexual con la atenuante analógica de intoxicación por alcohol y de otras sustancias nocivas, y le impuso, al margen de la pena privativa de libertad, la medida de libertad vigilada durante ocho años y la prohibición de comunicarse o aproximarse a la víctima a menos de 200 metros durante ese tiempo.
La sentencia, consultada por Europa Press, estima que ha existido prueba de cargo suficiente contra el procesado, de 36 años, porque la declaración de la víctima, a la que deberá indemnizar con 20.000 euros por los daños morales, fue "corroborada" por la pericial y testifical practicadas en el acto de juicio y "es prueba suficiente y hábil para destruir la presunción de inocencia".
Los hechos se remontan a junio de 2014 cuando el acusado, su prima hermana, de 30 años, y una amiga de ambos, todos residentes en Ciudad Real, decidieron pasar unos días en una vivienda ubicada en un municipio del Levante de Almería que habían alquilado para tal fin.
Por la noche se reunieron en el salón de la vivienda, donde permanecieron charlando y tomando unas copas. En un momento de la velada, el procesado, que llevaba "cocaína, marihuana y pastillas cuya composición no consta", puso las drogas sobre la mesa y empezó "a consumirlas al tiempo que bebía alcohol de alta graduación".
Aunque las chicas "declinaron tomarlas", él le ofreció un cuarto de pastilla a su prima, que "finalmente accedió a tomarla al tiempo que bebía también alcohol".
El tribunal remarca que la "mezcla de ambas consumiciones produjo en la misma una notable disminución de su consciencia y voluntad", que fue "en aumento porque el procesado iba dándole directamente en la boca otras porciones de las referidas pastillas" lo que, junto al efecto de la bebida, llevaron a la víctima a "quedar prácticamente inconsciente y profundamente dormida en un sofá de la estancia".
Siendo ya altas horas de la madrugada, la amiga de ambos se retiró a su habitación a dormir pero el procesado permaneció sentado en el sofá junto a prima "con el pretexto de quedar al cuidado de ella dado su estado". "Sin embargo, cuando se quedó sólo con ella, aprovechando su inconsciencia, abusó sexualmente de ella".
El Supremo remarca que, si bien el acusado mantuvo que las relaciones sexuales "fueron consentidas" tras los análisis de ADN que confirmaban el contacto, unos videos aportados por la amiga al procedimiento muestran "como la víctima iba perdiendo el autocontrol al tiempo que bebía e iba ingiriendo las pastillas que le iba dando el acusado hasta quedar prácticamente inconsciente".
Añade, en esta línea, que la víctima "negó de forma tajante" que la noche de los hechos mantuviera "voluntariamente relación sexual alguna" y concluye que ella "se hallaba en estado de inconsciencia, y que, por tanto, él no tuvo que emplear violencia porque no podía ofrecer resistencia alguna".