La Ley de Autoridad del Profesor, que según explicó ayer Aguirre será presentada próximamente en el Parlamento autonómico, supone además una subida de sueldo para jefes de estudios y secretarios, como compensación por ser los responsables del mantenimiento del orden.
Según Aguirre son los profesores los que reclaman desde hace tiempo “apoyo” y que se “refuerce su autoridad”, demanda que la Comunidad de Madrid se propone atender con la Ley de Autoridad del Profesor, en la que las faltas contra ellos tendrán una “consideración más grave” que en la actualidad.
Aguirre pretende también que las “familias se impliquen más en el cumplimiento de las normas” establecidas en el Decreto de Convivencia de 2007, entre ellas la prohibición del uso del teléfono móvil en las clases.
El ministro de Educación, Ángel Gabilondo, dijo que le gustaría que este tipo de decisiones se tomaran dentro del pacto social y político por la educación y que, a falta de ver el alcance que se le atribuyen a la ley, la considera una iniciativa “positiva”.
Los sindicatos de la enseñanza y las principales asociaciones de padres y madres de alumnos expresan opiniones diversas.
La Federación de Enseñanza de CCOO, sindicato mayoritario en la enseñanza pública, considera que el profesorado necesita el “respaldo decidido e incondicional” de las administraciones para evitar las agresiones a los docentes y que, en caso de producirse, éstas sean castigadas convenientemente.
En el mismo sentido, el sindicato ANPE ha recordado que el reconocimiento de la autoridad pública al profesorado es una “histórica aspiración” de su organización y ha pedido a la Comunidad de Castilla y León que siga el ejemplo de Madrid.
También han aplaudido el anuncio la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos y la Cofapa, que considera la iniciativa “un paso más” para recuperar la valoración social del maestro.
Por el contrario, el presidente de la Confederación Española de Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos (Ceapa), Pedro Racón, ha calificado la propuesta de la Comunidad de Madrid de “despropósito”, pues sostiene que la autoridad de los profesores no se puede otorgar “a base de decretos” y que la iniciativa puede crear “confrontación” en la comunidad educativa.
La propuesta de Aguirre no es pionera ya que desde diciembre de 2008, la Fiscalía General del Estado (FGE) otorga a los profesores la condición de autoridad a efectos penales por lo que una agresión grave contra un docente puede ser calificada como atentado contra la autoridad, aunque sólo en centros públicos, donde los profesores ostentan la condición de funcionario.
Además, el conseller valenciano de Educación, Alejandro Font de Mora, ha recordado que su Comunidad ha sido la primera en reconocer a los profesores como autoridad pública, mientras que la Junta de Castilla y León regula desde 2006 todo lo relacionado con la autoridad de los docentes dentro del Plan de Convivencia Escolar.