El sorteo, que tuvo lugar ayer en el Palacio de Congresos Sandton, de Johannesburgo, trajo consigo los siguientes grupos: Sudáfrica, Iraq, Nueva Zelanda y España, en el A; y Estados Unidos, Italia, Brasil y Egipto, en el B.
A tenor de la actual clasificación de la FIFA, desde luego, no se pueda negar la bondad del sorteo para España, número 1 del ránking: Sudáfrica (n.80), la campeona asiática Iraq (n.75) y la campeona oceánica Nueva Zelanda (n.60). Las tres son, de las ocho presentes en la competición, las que peor clasificación mundial tienen y sin apenas historial internacional, más que en sus respectivos entornos.
Tres rivales que en teoría no deberían representar para los pupilos de Vicente del Bosque un gran obstáculo para, cuando menos, pasar como una de las dos mejores del Grupo A a semifinales.
Además, España debutará en la competición ante la desconocida Nueva Zelanda, para proseguir con Iraq y cerrar con Sudáfrica; es decir, en teoría la más fuerte, por aquello de ser la local y contar con el apoyo de su afición, llega al final, una vez que el combinado español haya superado el periodo de aclimatación y, quizás, con todo ya sentenciado en cuanto a su pase a la siguiente ronda.
Es de esperar, al menos a tenor de lo realizado en los últimos años, que España termine como primera de grupo y que las otras tres se jueguen el pase como segunda.
El Grupo B es, desde luego, lo contrario. Brasil (n.5 FIFA), vigente campeona de la Copa Confederaciones, al haber batido en la final de “Alemania 2005” a Argentina (4-1), y actual campeona de la Copa América, lo tiene bastante más complicado.
La vigente campeona mundial Italia (n.3), una Estados Unidos (n.24) última vencedora de la Copa de Oro CONCACAF y la campeona de África, Egipto (n.21), se presentan como rivales dignos de tener en cuenta por parte de los brasileños.
El camino de Brasil, en la primera fase, le ve enfrentarse seguidamente ante Egipto, Estados Unidos, para cerrar con el “plato fuerte” Italia.
En buena teoría Brasil e Italia, junto a jugarse el liderato del grupo, deben ser las dos que pasen a las semifinales; pero no hay que descontar la sorpresa.
El Brasil de Carlos Dunga, con notables estrellas en sus filas, está cumpliendo en su caminar de la fase de clasificación para la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010, pero su juego no enamora.
De los Kaká, Robinho o Ronaldinho se espera casi “cuadrar el círculo”, pero quizás se ven afectados por una defensa y un centro del campo que no tiene las grandes figuras del pasado; ese jugador que saque en primera línea el balón controlado y empiece a construir el juego. Pero el potencial del equipo ante esta Copa de Confederaciones se antoja más que suficiente para ser uno de los grandes favoritos a revalidar el título.
El conjunto italiano de Marcello Lippi no está en la forma que le dio el título mundial bajo su mando, su plantel se antoja “viejo”, renqueante, sin notable “savia nueva” y habrá que ver en que estado llegan los jugadores a la Copa Confederaciones tras un campeonato liguero local “masacrante”.
Este cansancio, y estrés, acumulado de una larga competición nacional podría también afectar a España, pues no cabe duda que las ligas italiana y española son las más duras de cuantas se disputan.
Estados Unidos, que llegará en plena competición liguera nacional (inicia en marzo), y Egipto son dos incógnitas: dos selecciones de buen nivel físico y, esencialmente la africana, acompañado de notable bagaje técnico. Ambas podrían sorprender, especialmente a Italia.
Pero en favor de Italia está sus genes, su siempre saber estar en las grandes competiciones y el no dar jamás un partido por perdido. Y Lippi sabe que se juega mucha de su credibilidad en este torneo, tras volver a hacerse cargo de un combinado nacional que dejó al término de la Copa del Mundo “Alemania 06”. EFE.