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Martes 26/11/2024
 
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España

?No pretendemos alcanzar el poder sino devolverle al pueblo su libertad?

Omran Mohamed Omran, disidente libio que lidera las revueltas, vislumbra el fin de la dictadura de Gadafi.

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  • Omran Mohamed Omran -
aunque estamos cansados, estamos ganando la batalla y todo terminará en unas horas. Los tunecinos tardaron 18 días y los egipcios, 23. En el futuro escribiré un libro titulado Cómo derrocar a un dictador en 5 días. Sin vacilación alguna se muestra Omran Mohamed Omran, libio expatriado desde hace 21 años, periodista de 56 años residente en Málaga y líder de la Coalición del 17 de febrero, movimiento que dirige el levantamiento contra el régimen de Gadafi.

—¿Cuál es la comunidad libia en España?

—Somos 300 personas. Las grandes comunidades libias se encuentran en Londres y EEUU por el factor idioma.

—¿Existe coordinación con el resto de países europeos?
—No, cada país se está manifestando con sus propios dirigentes. Las mayores protestas están sucediendo en Londres con el apoyo de organizaciones humanitarias e iglesias.

—El pueblo avanza y arrincona al régimen. ¿Estamos ante el final del conflicto?
—Con el apoyo de las fuerzas armadas el país está ya bajo el control del pueblo. Tanto los generales de tierra como los de aviación se incorporaron casi desde un principio y juntos somos imbatibles. El dictador controla solamente su trinchera, en Trípoli, unos 50 mil kilómetros cuadrados de 2 millones que tiene el país. El final está cerca.

—Sin embargo, Gadafi afirmó que morirá matando
—En cada aparición, Gadafi se muestra muy estresado y enfadado. Esto demuestra mucha debilidad aunque sé que no dejará las armas hasta morir. Luchamos contra una bestia.

—¿Pierde entonces peso su ofensiva?
—Claro que sí. Cuenta con la aviación serbia e italiana. En tierra, combaten con africanos de Mali, Chad, Níger y Zimbabwe. Los mercenarios reciben 8.000 dólares por eliminar cada cabeza libia que se opone al régimen pero nosotros conocemos mejor que ellos el terreno y es lo que nos hace avanzar.

—¿Cuál es la estrategia para culminar el levantamiento?
—El cuartel general donde está atrincherado está cercado por 400.000 personas desarmadas. El llamamiento es continuo y hasta allí se están trasladando miles de libios. Nuestros propios pilotos están bombardeando los cuarteles del ejército, los aeropuertos y almacenes de municiones para bloquear la actuación de los mercenarios.

—La oposición se presenta unida y organizada
—Hemos formado comités de guardia nacional que se encargan de proteger las casas, las calles y las instituciones del Estado. Se trata de nuestro futuro. No hacemos más que proteger la vida de los inocentes.

La población libia sobrevive cruzando fronteras. ¿Cree que se van a intensificar los efectos migratorios?
—No, estamos controlando el país, ¿por qué vamos a emigrar? Nuestra fuerza reside en mantenernos unidos. Si al final del conflicto queda un libio vivo, habremos vencido.

—¿Se están viendo respaldados por la comunidad internacional?
—Nos hemos visto obligados a dar un ultimátum a Europa y EEUU para que tomen una postura contundente. El petróleo es nuestra arma de presión ante países democráticos chovinistas que olvidan que somos seres humanos.

—¿Cómo valora la actuación del gobierno español?

—A pesar de que la postura de España fue en un principio muy blanda, después de sacar a Repsol de Libia endureció su respuesta. Ya lo considera un crimen de guerra.

—Tras Egipto, Túnez y Libia, ¿se extenderá la movilización a países vecinos?
—Ya está pasando en Bahrein y Yemen. Es el movimiento de la Historia. Estamos viviendo la caída de los Dioses, de aquellos que se creen indestructibles. Es un trabajo que parte de los intelectuales de tiempo atrás. Ahora ha madurado el movimiento y estamos demostrando que es posible acabar con ellos y vivir en libertad.

—¿Comienzan a pensar en la reorganización del país?
—Desde el estallido del levantamiento luchamos por el objetivo de establecer un estado laico y democrático donde haya libertad de culto, de expresión y de asociación, independencia del poder judicial y, sobre todo, respeto a las distintas culturas. Queremos un estado cívico, no un estado del siglo X.

—¿Qué papel jugará la Coalición del 17 de febrero?
—Creamos la Coalición del 17 de febrero para acabar con la dictadura. No pretendemos alcanzar el poder sino devolverle al pueblo su libertad. Pretendemos celebrar unas elecciones democráticas y que sea el pueblo quien libremente elija.

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