“Yo salía de trabajar por la madrugada, recogía a mi mujer y nos íbamos para la Feria a nuestra caseta para echar un rato hasta que amaneciera. Allí lo mismo estaba Manuel Agujetas cantando por seguiriyas, o la familia de Manuel Moneo de fiesta…”, es una de las tantas anécdotas que cuenta Antonio BenítezManosalva, presidente de honor de la Peña Los Cernícalos, cuando rememora momentos inolvidables en la década de los setenta y ochenta, en adelante.
Las experiencias de los jerezanos con su Feria del Caballo son tan dispares como intensas, aunque en lo musical son pocos los que no puedan señalar momentos en los que no se hayan visto inmersos en fiestas a ras de cielo. Una de las claves principales ha sido la condición de libre accesibilidad a las casetas, por lo que cualquier persona puede formar parte del paisaje singular del flamenco.
Otros recuerdan los momentos vividos en la desaparecida caseta de la Peña Los Juncales, finales de los 90, con Gregorio Fernández en la barra, y un sempiterno Luis de la Pica apoyado en ella recibiendo visitas de gitanos y no gitanos de cualquier parte de España. Fiesta al canto con Enrique El Zambo, El Bo, Chicharito… hasta el día siguiente.
Si trasladamos el anecdotario a décadas anteriores, cómo dejar pasar la fiesta que relató en su día Angelita Gómez en la caseta de la Mahora, madre de los Morao, lugar de encuentro, avanzada la mitad de siglo XX en el parque, donde iban a parar artistas del toreo o la copla, por supuesto del flamenco, para degustar esa comida gitana que nunca fue aceptada en la Guía Repsol. “Una lona separaba la caseta de la Mahora con la caseta de al lado, en la que estaba Manolo Caracol, que rajó con un cuchillo la lona cuando escuchaba el ambiente por bulerías que sonaba desde ese rincón de la madre de Morao. Allí estaban entro otros, La Paquera y su gente. Allí instalaban su Cuartel General personalidades del arte como Pastora Imperio o Gitanillo de Triana”.
Es curioso que hasta para las sevillanas, Jerez se ha decantado más por el corte flamenco de María de la Colina, Marismeños o Salmarina que por otras estrellas. No cabe duda que en este reportaje se generaliza, pues es obvio que en cualquier caseta que se tercie suenan las sevillanas del momento aunque a determinada hora… el flamenco va ganando terreno.
Es por eso que Jerez es mucho Jerez y en el arte siempre demuestra un costumbrismo aplaudido por esas personalidades que vienen de fuera, buscando, precisamente, el ambiente de reunión y naturalidad. Las peñas flamencas han sabido sumarse a la tendencia de programar actuaciones, con su cartel correspondiente y su equipo de megafonía que lleva al casetero a llenar las instalaciones y, dicho sea de paso, asegurarse la caja en esas horas.
Hoy por hoy, son cuatro las peñas flamencas las que siguen manteniendo su nombre en el Real: Peña Los Cernícalos, La Bulería, Buena Gente y Tío José de Paula. Se marcharon otras Terremoto, Chacón o El Pescaero… que en su día tuvieron su sitio.
Cada una de ellas muestra su singularidad durante los siete días más festivos de la ciudad, aportando buena imagen y, como se apuntaba, universalidad. La más antigua sigue brillando en la actualidad en calle Manuel Torre, número 78. Los Cernícalos disfrutan de tres módulos más terraza lateral para recibir a sus más de cien socios, así como a los tantos que, décadas después de aquellos momentos que recuerda Antoñín, siguen buscando el ratito de reunión o, en este caso, la actuación. Sábado, domingo, miércoles, jueves y viernes a las ocho de la tarde y a las once de la noche, citas obligadas con artistas como Pedro y Manuel de la Fragua, Esther Aranda, Momo Moneo… entre otros.
La Peña La Bulería, tras pasar por determinados sitios más o menos cómodos y a la altura de esta institución, por fin dispone de dos módulos más terraza lateral en la calle Paquera de Jerez, número 56. Precisamente es la Reina de La Bulería la madrina de esta entidad de la calle Empedrada fundada en 1977. Excepto el día del alumbrado, que dará comienzo a las 23:00 horas, las actuaciones están previstas durante todas las tardes a las 18:30 horas con nombres como José ‘El Berenjeno’, Coral y Ana de los Reyes, el grupo Sabor a Plazuela, Manuel de la Fragua o Juan Lara.
Con cuatro módulos y Moraíto presidiendo este año su portada, está la Peña Buena Gente, en la calle Lola Flores, 67, dando su trasera a la calle Manuel Torre. Con un programa de actividades amplio, una media de tres grupos o actuaciones diarias, los usuarios podrán disfrutar de Luis de Perikín y familia, José y Kina Méndez, Tomasa Peña, Macarena de Jerez, Sandra Rincón o Las Zarzanas. El horario está comprendido entre las seis de la tarde y la madrugada, en forma de maratón.
Por último, el sabor más flamenco lo ponen los socios de la Peña Tío José de Paula, calle Lola Flores,3, ese refugio que en su día fue el de Curro de la Morena o José Vargas El Mono. Ahora, siguen estando Diego Vargas, Ángel Vargas, Joaquín ‘El Zambo’, La Curra y Tía Yoya… entre otros. Proponen encuentros flamencos el miércoles por la tarde con Rocío del Mono, Enrique Remache y Carmen la Cantarota, y el jueves estará María del Mono, Rocío Parrilla y Manuel de la Curra.