El nacionalista Sinn Féin celebra ya su histórica victoria en las elecciones autonómicas norirlandesas con un llamamiento para formar un gobierno con el unionismo, que sale debilitado y dividido por el impacto del Brexit en la provincia británica.
La ciudadanía exige un Ejecutivo de poder compartido que "resuelva los problemas cotidianos", afirmó este sábado la líder del Sinn Féin en Irlanda del Norte, Michelle O'Neill, quien presentará la próxima semana su candidatura al puesto de ministra principal, un cargo nunca ocupado por un político nacionalista desde la fundación de Irlanda del Norte tras el Acuerdo de partición de Irlanda, en 1922, y que desde entonces ha estado dominada por formaciones unionistas.
"Ofreceré -prometió- un liderazgo que es inclusivo, que celebra la diversidad, que garantiza los derechos y la igualdad para aquellos que han sido excluidos, discriminados o ignorados en el pasado".
La vicepresidenta del Sinn Féin, antiguo brazo político del ya inactivo IRA y defensor de la reunificación de Irlanda, destacó que la provincia ha entrado "en una nueva era" y que las urnas han demostrado que el electorado quiere un Gobierno en el que "hay espacio para todos, todos juntos".
Con la práctica totalidad del voto escrutado, el Sinn Féin se adjudicó el mayor número de escaños en la Asamblea autonómica de Stormont, con 27 diputados sobre un total de 90.
El Partido Democrático Unionista (DUP) llegó en segundo lugar con 24 (que todavía podrían elevarse hasta 25), mientras que el centrista y no sectario Partido de la Alianza dio la gran sorpresa al ser tercero con 17 escaños.
SINN FÉIN PIDE UN GOBIERNO DE UNIDAD
El Ejecutivo autónomo de Belfast está suspendido desde que el DUP, mayoritario durante los últimos 20 años, provocó su caída por su oposición al protocolo del Brexit para Irlanda del Norte.
Durante toda la campaña, su líder, Jeffrey Donaldson, ha advertido de que no entrará en un Gobierno encabezado por los republicanos si las conversaciones que mantienen Londres y Bruselas no desembocan en la eliminación de algunos aspectos del protocolo.
En este sentido, Donaldson avanzó hoy que su partido tomará una decisión al respecto la próxima semana, al tiempo que trasladó toda la responsabilidad al primer ministro británico, el conservador Boris Johnson, para que solucione esta crisis.
"Quiero que el Gobierno en Londres cumpla sus promesas respecto al protocolo. Hemos peleado estas elecciones y hemos recibido un mandato de la ciudadanía para que se solucione este asunto", declaró el líder unionista a la cadena BBC.
Donaldson indicó que espera escuchar el próximo martes que Londres tomará "acciones decisivas" al respecto durante el llamado llamado Discurso de la Reina, que detalla, de la mano de Isabel II, las prioridades del Ejecutivo británico.
Entre éstas, el DUP quiere que Johnson se comprometa en firme a suspender unilateralmente partes del citado protocolo si no avanzan las negociaciones con la Comisión Europea (UE), una medida que no solo prolongaría la parálisis en Irlanda del Norte, sino que podría también dar paso a una guerra comercial entre Londres y Bruselas.
EL UNIONISMO JUEGA LA CARTA DE BORIS JOHNSON
"Este no es el momento para el teatro ni para juegos psicológicos, es el momento de la política de cooperación sensata, es lo que quiere la gente", subrayó hoy la presidenta del Sinn Féin y líder del partido en la República de Irlanda, Mary Lou McDonald.
Avisó de que nadie entenderá la posición del DUP en un momento en que la "ciudadanía sufre" por la crisis provocada por el repunte del "coste de la vida".
Este, de hecho, ha sido uno de los principales temas de la campaña electoral, enarbolado por el Sinn Féin para mantener el apoyo de sus bases y atraer al mismo tiempo votos de aquellos no alineados en torno al unionismo o el nacionalismo.
Así ha ascendido también con fuerza el Partido Alianza, que pasará de ser la quinta formación regional a la tercera y entrará con fuerza en el próximo Ejecutivo.
El recuento de las papeletas de primera preferencia otorgó al Sinn Féin el 29 % de votos en estas elecciones, el 1,1 % más que en 2017, mientras que el DUP obtuvo el 21,3 %, el 6,7 % menos que hace cinco años.
La Alianza ganó el 13,5 % de sufragios, el 4,5 % más, por delante del nacionalista Partido Socialdemócrata y Laborista (SDLP) y el Partido Unionista del Ulster (UUP), tercera y cuarta fuerza en el anterior Ejecutivo, respectivamente, que pierden fuelle al recibir el 9,1 y el 11,2 % de votos.
Por contra, sube desde el 2,5 al 7,6 % la Voz Tradicional Unionista (TUV), una escisión del DUP contraria al Brexit y el protocolo, cuyo repunte demuestra la división del unionismo y dificultará la formación de un Gobierno.
El recuento del resto de transferencias de votos entre candidatos, tal y como permite el complejo sistema electoral norirlandés, determinará entre hoy y el domingo la distribución definitiva de diputados en el parlamento de Stormont, compuesto por 90 escaños.