El Restaurante La Cantina de la Guardia, ubicado en el Castillo de Santiago, fue el escenario de la I Comida de convivencia entre arquitectos y aparejadores de Sanlúcar de Barrameda. Esta celebración nació con la intención de poder disfrutar de un día de convivencia entre dos profesiones que históricamente han estado relacionadas en todos los ámbitos relativos a la edificación.
Sirvió a su vez también para intercambiar impresiones sobre la situación actual del sector de la construcción y comentar el futuro próximo que espera a estas profesiones inmersas en importantes cambios respecto a sus atribuciones. Eso sí, todo con un tono distendido e informal ya que el motivo fundamental del acto era disfrutar del día entre compañeros y amigos.
Al acto asistieron más de 40 profesionales sanluqueños entre arquitectos y aparejadores en sus diversas denominaciones respecto a su título académico. Cabe destacar la amplitud de edades entre los asistentes ya que han convivido personas con gran experiencia profesional, con otros profesionales recién aterrizados al mercado laboral, lo que sin duda servirá para abrirles opciones de negocio y colaboraciones futuras.
En palabras del organizador del evento, el arquitecto técnico Agustín Jiménez, “la experiencia ha sido un éxito ya que hemos conocido a muchos profesionales con los que no habíamos tenido la oportunidad de coincidir en el día a día. Hemos disfrutado de un día estupendo, buena comida y todo ello acompañado por compañeros de profesión y amigos”. Agustín quiso dejar constancia de la intención de realizar este encuentro cada año y quiere aprovechar para animar a todos aquellos profesionales que no hayan podido asistir a la cita a que lo hagan en próximas ediciones.
Asimismo agradece a todos los asistentes su compromiso y disposición, destacando de una manera especial a Juan Manuel Fernández, arquitecto, que ha colaborado activamente con la organización del evento. La I Comida de convivencia que se celebró en el Restaurante La Cantina de la Guardia fue todo un éxito, que sirvió para que arquitectos y aparejadores pasaran un gran rato a base de la buena gastronomía que tiene Sanlúcar y en un marco tan especial y emblemático para la ciudad, como es el Castillo de Santiago.
Se espera que el número de asistentes sea mayor en la segunda comida de convivencia, donde lo laboral también queda en un segundo plano para que sea ek buen ambiente y camadería el que reine en este tipo de reuniones que suelen ser anuales.