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Martes 19/11/2024
 

Valencia

Álbumes de fotos sumergidos en barro, bajo el bisturí digital que intenta salvar recuerdos

"Lo más importante es que no tiren las fotos", destacan que el Departamento de Conservación y Restauración de la UPV

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  • Bomberos limpian el lodo de una calle de Catarroja. -

Diez días después de la dana que asoló Valencia, ya no son sólo las pérdidas humanas y las materiales las que lloran los afectados, sino también las emocionales, los recuerdos de una vida que yacen enfangados, como los álbumes que las universidades luchan por recuperar digitalmente en un plazo exprés.

Es el caso de la iniciativa de la Universitat Politècnica de València (UPV), que desde este lunes ha intervenido ya más de 5.000 fotografías, mientras se siguen amontonando álbumes en la Facultad de Bellas Artes a la que siguen llegando bolsas cargadas con imágenes que buscan una rápida restauración.

La profesora de Conservación de Fotografía de la UPV Esther Nebot y la subdirectora del departamento de Restauración de la misma universidad, Pilar Soriano, han explicado a EFE que coordinan desde ese día a unas cien personas, más de sesenta voluntarios que ya han cursado la asignatura y que trabajan por turnos y otras treinta encargadas de digitalizar esas imágenes.

Los fotos y los álbumes llegan "totalmente destrozados" en muchos casos, recalca Nebot, que sostiene en que su gran objetivo es ayudar a la gente a salvar sus imágenes, aunque algunas se pueden recuperar más que otras, que fueron arrastradas por el agua y el lodo durante estos diez días.

¿Cómo las recuperan?

"Una vez hacemos la recepción y la primera digitalización, porque estamos intentando luego reconstruir ese álbum en el mismo orden, procedemos a un lavado en el que la imagen se mete en el agua y se le extrae todo el barro, antes de un secado", comenta Nebot.

La profesora recalca que tras ello se realiza un tendido de la fotografía en una zona propicia para ello, siempre después de que se haya intentado eliminar todo rastro de barro en el lavado, que se realiza con agua fría. Una vez seca, la fotografía se recoge y se pasa a una zona de montaje en la que la imagen "se vuelve a montar" y, por último, pasa a la digitalización a través de las fotografías.

"Cuando está digitalizada, ya con su ficha correspondiente e introducidos todos los datos en el pendrive, se lo devolvemos ya al propietario", afirma Soriano, que apunta que "hay muchas imágenes que se pierden", pues "depende del estado de humedad que llegan aquí de hongos y el tiempo que ha pasado".

"Por eso nos pusimos a trabajar tan rápido, porque cada día cuenta", comentan ambas expertas, que subrayan que el registro fotográfico, al llegar y antes de que las imágenes partan al propietario, es la parte más importante. "Hacemos todo el registro cuando llega porque es la parte más importante para nosotros. No podemos disociar la colección o el álbum de fotografías que entra de su propietario", detalla Nebot.

No obstante, indica que esta es una primera medida 'exprés'. "A futuro ya veremos qué podemos hacer, si realizar otro tipo de ayuda de restauración o de incluso recuperación con inteligencia artificial o con programas de Photoshop, pero intentamos recuperar toda la imagen posible", señala.

No hay que tirar las fotografías

Ambas profesoras han incidido en que las cinco universidades valencianas han colaborado para trabajar "bajo el mismo paraguas", aunque destacan que el Departamento de Conservación y Restauración de la UPV es el único que imparte las titulaciones en conservación y restauración a nivel universitario en la Comunitat, por lo que han podido ser rápidos a la hora de volcarse con estas imágenes.

Es un goteo constante la llegada de estos álbumes, pues este jueves por la tarde, por ejemplo, tuvieron 55 peticiones de álbumes, con las consiguientes fotos. "Estamos desbordadas", reconocen ambas profesoras, que, sin embargo, celebran que la gente conozca esta iniciativa.

"Lo más importante es que no tiren las fotos", subraya Esther, que asegura que hay muchos voluntarios que van por las zonas afectadas en bici y que se cuelgan un cartel en la espalda titulado 'Salvem les fotos' (Salvemos las fotos) y que, en cualquier caso, se puede contactar a través de una dirección de correo electrónico: restauracion@upv.es.

Así, agradece cómo se ha "volcado" la UPV, que ha cedido espacios y material y que está sufragando los menús de todos los voluntarios de esta iniciativa, que busca aminorar las graves secuelas emocionales de esta tragedia.

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