No resulta fácil en los tiempos que vivimos situar a la gente dentro de la realidad, con cordura y sensatez y es frecuente que entre la depresión a la esquizofrenia pasando por la bipolaridad, nos podemos encontrar a demasiada gente que los colocamos fuera del espacio en el que vivimos, y entre bulos, meteduras de pata y redes sociales, por la mañana pueden ser una cosa y por la tarde justo la contraria.
La vida, entre rosas y espinas, nos ofrece un panorama de muchas realidades, tantas como seres humanos, y por muchos cambios y mudanzas que pretendamos hacer, al final quedamos atrapadas y nos perdemos entre bendiciones y maldiciones, líos y fragilidades.
Cuando estamos a las puertas de varias Elecciones, notamos como algunos candidatos se sitúan fuera de la realidad, es más, incluso se fabrican una virtual, con el único objetivo de envolvernos en la misma y hacernos creer que eso que nos presentan como promesas es el paraíso cercano, y no el horror posible.
Hay sujetos que gota a gota se colocan al margen de la realidad, sin identidades, sin poderes y sin esperanzas... Solo son vendedores de humo y traductores de posibles sueños que jamás se cumplen, incluso embaucadores que pretenden distraernos.
Entre realidades convergentes, divergentes y paralelas, resulta gratificante la gente leal que nos habla de cosas que, tal vez, no queramos oír, pero que debemos conocer y que nos puede facilitar entender lo que ocurre para evitar un fracaso estrepitoso.
Me gustaría escribir este artículo con el menor número de palabras posibles y que todos ustedes, queridos lectores, me entendieran, si no es así, el fracaso será mío, y lejos de situar, en época de Elecciones, a nuestros candidatos en el escenario del ser, los habré colocado dentro del terreno del tener.
En los momentos que vivimos, podemos ver de todo, y algunas cosas que nos repugnen como la de aquellos dispuestos a cualquier cosa, con tal de conseguir un puñado de votos, y en sus falsos cantes y bailes son capaces de aparecer como el más guay, aunque resulten los más detestables.
Al margen de la realidad, hay líderes políticos, que terminan creyendo que solo existen ellos, que el mundo gira a su alrededor, y que en un espacio lunático, no conciben que haya límites a sus ambiciones y querer tenerlo todo caiga quien caiga.
Cuando nos queremos situar en un espacio sideral, podemos terminar desintegrados sino somos conscientes de que los demás también juegan y tienen sus legítimas aspiraciones. De todas formas habrán cosas que veremos y nos inquietaran porque nos parecerán una ceremonia de magia negra.
Entre alegres bienvenidas y tristes despedidas, saberes y conocimientos, signos e identidades, hemos de mantener la calma y la cordura para no situarnos al margen de la realidad, para que el cambio de roles no suponga tener más responsabilidades que terminen destruyéndonos.
Cada cual tiene su cielo y ha de saber aprovecharlo, si no terminará inevitablemente en el infierno. La confianza en nosotros mismos es nuestra mejor baza, para lo cual, es necesario que tengamos las cosas claras, y no andemos dándoles vueltas inútilmente.
Mejor es que estemos resplandecientes, que oscuros, jubilosos encerrados en la capsula de la tristeza., sensatos que perdidos intentando encontrar nuestro lugar en el mundo.
